
Un millón de soldados murió antes de poder regresar a las ruinas de lo que fueran sus hogares. Dos millones de civiles alemanes fueron víctimas de enfermedades, frío, hambre, suicidios o asesinatos en masa.
En los Sudetes, 250.000 alemanes fueron masacrados por compatriotas checos y hechos similares tuvieron lugar en Polonia, Silesia y el Este de Prusia. En su ocupación de Alemania, a los Aliados no les tembló el pulso a la hora de aplicar los mismos métodos de represión nazis.
Así, se sucedieron oleadas de pillaje y expolio de las ciudades ocupadas, violaciones masivas, se reutilizaron los campos de concentración y exterminio, se expulsó a más de 16.500.000 de civiles de sus hogares o apenas se repartieron alimentos entre una población famélica... Como preguntó Patton a uno de sus ayudas al descubrir el horror de Buchenwald: '¿Aún le cuesta odiarles?'.
En los Sudetes, 250.000 alemanes fueron masacrados por compatriotas checos y hechos similares tuvieron lugar en Polonia, Silesia y el Este de Prusia. En su ocupación de Alemania, a los Aliados no les tembló el pulso a la hora de aplicar los mismos métodos de represión nazis.
Así, se sucedieron oleadas de pillaje y expolio de las ciudades ocupadas, violaciones masivas, se reutilizaron los campos de concentración y exterminio, se expulsó a más de 16.500.000 de civiles de sus hogares o apenas se repartieron alimentos entre una población famélica... Como preguntó Patton a uno de sus ayudas al descubrir el horror de Buchenwald: '¿Aún le cuesta odiarles?'.
Después del Reich pone al descubierto las verdades incómodas de las decisiones políticas que ampararon el horror de una posguerra cruel y vengativa, y desvela por vez primera los testimonios de un período funesto de la historia de Europa, desde la inmediata posguerra hasta la Conferencia de Postdam y los procesos de Nuremberg, en el que que ni los Aliados ni los alemanes han querido ahondar, los unos por miedo a desvelar las innumerables infamias cometidas y los otros por temor a ser acusados de victimismo.
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