nómicos estructurales, incluida la reciente aprobación de la reforma energética.
Los Zetas Inc. afirma que estos fenómenos son un resultado directo e intencionado del surgimiento de la brutal organización criminal Los Zetas en el estado fronterizo mexicano de Tamaulipas. Yendo más allá de los estudios previos del grupo como organización narcotraficante, Guadalupe Correa-Cabrera construye un caso convincente de que los Zetas y organizaciones similares constituyen efectivamente corporaciones transnacionales con prácticas comerciales que incluyen el tráfico de petróleo crudo, gas natural y gasolina; tráfico de migrantes y armas; secuestro para pedir rescate; y piratería de vídeos y música.
Combinando vívidos comentarios de entrevistas con un análisis en profundidad del crimen organizado como un fenómeno transnacional y corporativo, Los Zetas Inc. propone un nuevo marco teórico para comprender la cara emergente, la nueva estructura y las implicaciones económicas del crimen organizado en México. Correa-Cabrera delinea el establecimiento, la estructura y las formas de operación de los Zetas, junto con las reacciones a este nuevo modelo de criminalidad por parte del Estado y otros actores transgresores de la ley, extranjeros y corporativos.
Dado que Los Zetas comparten algunas características con empresas transnacionales legales que operan en las industrias de energía y seguridad privada, también compara esta corporación criminal con ExxonMobil, Halliburton y Blackwater (rebautizada como “Academi” y ahora una empresa de Constellis). Al afirmar que el elevado nivel de violencia entre los Zetas y el Estado mexicano se asemeja a una guerra civil, Correa-Cabrera identifica a los beneficiarios de esta guerra, incluidas las empresas productoras de armas, el sistema bancario internacional, la economía fronteriza de Estados Unidos, la seguridad fronteriza de Estados Unidos. complejo militar-industrial y capital corporativo, especialmente compañías internacionales de petróleo y gas.
