Este thriller es un viaje al corazón de uno de esos pueblos estadounidenses donde, aparentemente, nunca pasa nada. Sin embargo, bajo la aparente calma, bullen odios y mentiras a punto de estallar. A través de la investigación del reportero de sucesos local, Declan Jacobson, el lector irá reconstruyendo las últimas horas de vida de la joven, al tiempo que el número de sospechosos va creciendo entre sus familiares y amigos. Pero será en las páginas del diario de Sarah donde se confirme el misterio: nadie la conocía del todo.
Los personajes están cuidados, el suspense está servido y sin duda te hace sospechar de varios de los habitantes de Stoneheaven porque ¿quién habrá matado a Sarah Brooks? Sin duda me quedo con el mensaje final, a veces los sentimientos nos traicionan, sobre todo cuando tenemos que tratar de gestionarlos, Sarah Brooks ha pagado el precio, pero sin duda la verdad acabará saliendo a la luz.
Puntualizo que me hubiese gustado conocer un poquito más a Sarah cuando estaba viva, en algún pasaje más, pero la verdad es que creo que tal como está también se ha desarrollado bien la historia.
Recomiendo leer este libro, un thriller al más puro estilo americano, con muy buenos ingredientes, espero que el autor continue desarrollando su potencial, que es evidente que tiene, como escritor porque creo que podemos tener muchas más novelas buenas suyas.