SUPERHEROÍNAS

La vida de las superheroínas ha sido dura.  Desde sus inicios han tenido que luchar contra viento y marea para sobrevivir. Contra los prejuicios, contra el deseo de sexualizarlas, la censura, el machismo, las modas, las ventas, etc. Nacieron para satisfacer los deseos de los lectores masculinos pero, año tras año, han conseguido encontrar su propio camino, hacerse un hueco, agarrarse con uñas y dientes para sobrevivir. Este libro  hace un repaso de las principales superheroínas que han existido durante décadas en el mundo de los cómics, su evolución y los cambios que han sobrellevado: mujeres poderosas que han luchado contra el mal y el crimen con los mismos poderes que sus compañeros masculinos.

Te voy a proponer un juego. ¿De acuerdo? Piensa en cinco superhéroes, visualízalos con sus nombres y sus respectivos uniformes. No te lo he puesto demasiado difícil, ¿Verdad? Había MUCHO donde elegir. Ahora lo pondré un poco más complicado. Piensa en cinco superheroinas, con sus nombres y su aspecto. Posiblemente lo hayas conseguido –por algo esta es una página sobre cómic y tú estás aquí leyendo–  pero te haya costado algo más. Si te pidiera que pensaras en otros cinco superhéroes y otras cinco superheroinas la cosa se pondría bastante más peliaguda. Pero.. y si te dijera que entre las páginas del último libro de Anabel Vélez “Superheroinas: Lo que no sabias sobre las mujeres mas poderosas del cómic” puedes encontrar a más de 50 figuras femeninas –y de primer orden– del noveno arte ¿Qué me responderías?

Para todos los amantes de la cultura popular el nombre de la periodista Anabel Vélez es bien conocido. Alma máter de la recomendable web culturaca, y colaboradora habitual en revistas de música, cine, programas de radio y medios digitales, donde prácticamente ha tratado todos los temas afines a la cultura. Es, además, la autora de “Rockeras” estupendo ensayo donde se abalizan más de cincuenta años de historia de la música rock a través de sus cantantes más destacadas. Ahora, con “Superheroínas“, hace un exhaustivo repaso a la historia del cómic a través de sus heroínas desde la Golden Age hasta la actualidad.

El libro se articula en ocho extensos capítulos donde, desde la década de los años treinta hasta la actualidad, refleja el papel de la mujer en el comic. Desde la primitiva visión en la que las mujeres estaban relegadas a ser secretarias o enfermeras en las tiras de prensa –únicos trabajos que se les permitía, por otro lado-,  hasta que saltaron a ser el interés amoroso del héroe o ser las villanas de la función. Su inclusión en plena década de los cuarenta con roles de trabajadoras infatigables –gracias a los puestos que desempeñaron en la guerra mundial– y el surgimiento de las primitivas heroínas. Se analizan también personajes claves en el desarrollo del rol de la supermujer como Sheena, Fantomah o la recordada Miss Fury –primera heroína creada y dibujada por una mujer– o el nacimiento de la icónica Wonder Woman.

Wonder Woman a lo largo de las décadas.

Analiza fenómenos tan curiosos como el nacimiento de homólogos femeninos de los héroes más populares de la época  como Batwoman, Supergirl, etc. Pero también temas más serios como la perniciosa influencia que tuvo el libro “La seducción de los inocentes” de Fredric Wertham en el mundo del cómic. Una auténtica caza de brujas contra el noveno arte que cambiar los códigos de conducta por los que se regían los cómics y que tuvo impacto durante varias décadas. Los supergrupos y el papel de la mujer en ellos, o el impacto de la Era Marvel también serán focos de atención en este libro.

Nos muestra una visión profunda y erudita del medio que analiza cómo la llegada de una nueva generación de guionistas y autores culminó en los setenta con la reivindicación de heroínas fuertas que se asentaron como tales en la década siguiente. Pero tambien la sexualizacion y reversion de roles que en la década de los noventa sufrieron, convirtiéndose, nuevamente, en meras muñecas meramente sexualizadas más parecidas a supermodelos que a superheroínas. El tramo final del libro, ilustra cómo con el nuevo siglo y sobre todo con la actual década, el rol de la mujer sufre una edad dorada en calidad y cantidad de personajes, autoras y series. Descubre al lector un amplio abanico donde elegir. Colecciones como Hulka, Miss Marvel Capitana Marvel, Alias, Lobezna o un largo etcétera que llevan a las superheroínas a un estado largamente merecido de igualdad con sus homólogos masculinos.

Superheroínas es un libro muy completo que cubre prácticamente un siglo de historia del noveno arte de manera concienzuda a lo largo de sus 300 páginas. No se limita a una mera enumeración cronológica o a una lista de superheroínas.

 Es un estudio tanto de la evolución de la mujer a lo largo del siglo XX como de la evolución de la figura femenina en el cómic a lo largo de casi ocho décadas. Imprescindible para los amantes del cómic que quieran ampliar sus conocimientos y descubrir un mundo que quizás por una falta de orientación, se habían perdido.

ROCKERAS: LAS PROTAGONISTAS DE LA HISTORIA DEL ROCK

Rompieron clichés, sí. Mujeres como Grace Slick, Janis Joplin, Tina Turner o Patti Smith tuvieron que saltar muchos obstáculos a la hora de subirse a un escenario y poner música y actitud al rock. Pero también fue su trabajo y su talento lo que les llevó a hacerse un hueco en la historia de este género musical y en la memoria colectiva de los aficionados. Féminas incendiarias, de potentes personalidades, que tomaron al asalto el bastión del rock para demostrar que las guitarras eléctricas, las baterías, los tatuajes y el cuero no sólo eran cosa de hombres. 

Este libro recoge medio siglo de la historia del rock en forma de las historias personales de sus principales protagonistas, un periplo que va desde pioneras como Big `Mama` Thornton o Sister Rosetta Tharpe hasta algunas de las últimas generaciones de cantantes que apuntan a convertirse en futuras figuras de la música. 

Pat Benatar: La primera voz del hard rock. 

Patti Smith: La poetisa del rock. 

Amy Winehouse: El mito caído demasiado pronto. 

Björk: El espíritu libre e iconoclasta. 

Marianne Faithfull: La voz rota.

Esta es la historia de las rockeras más importantes, sus difíciles comienzos, los caminos que les llevaron al éxito, los discos que las encumbraron. Junto a las artistas internacionales aparece, a modo de anexo, aquellas otras que en el panorama español e hispanoamericano aportaron su granito de arena en la historia de la música. Y un listado de los discos esenciales para entender su evolución. 

Hay que felicitarse de la sola aparición de un libro como “Rockeras. Las protagonistas de la historia del rock” de Anabel Vélez por tres razones. La primera, porque sirve de guía al modo francés, enciclopédico y alfabético, para poner un marco a la historia de la mujer en el rock mediante pequeños retratos biométricos que se convierten en relatos fascinantes: la historia de mujeres asombrosas en sentido estricto, desde Bessie Smith a Janis Joplin, de L7 a Bjork, de Chrissie Hynde a Lucinda Williams, de Wanda Jackson a Neko Case, y así podríamos seguir por páginas y páginas. Cada pequeña introducción es un mundo, una época, y ello hace más valioso y difícil la elaboración de este libro, que no pierde de vista el carácter de invitación a la escucha inmediata que ha de tener todo libro que “hable” música.

En segundo lugar, sorprende el equilibrio que ha encontrado la autora, siempre en la cuerda floja, entre las mujeres pioneras de los veinte, los treinta, los cuarenta y los cincuenta consagradas por la historia (aunque en su momento tuvieran ¡verdad como un templo! que sufrir todo tipo de obstáculos para desarrollar su arte) con la introducción de otras mujeres que se están abriendo camino dentro del rock en, digamos, los últimos treinta años. Anabel Vélez selecciona y encuadra a cada personaje dentro de una eclosión, un movimiento o un instante mágico de aparición de algo nuevo, todos momentos y geografías excitantes dentro de la historia del rock. Así nos lleva lo mismo a un garito de Harlem que a los estudios de la Motown, del San Francisco del verano del amor a las calles del blues de Memphis, de los Brill Building a una casa en Laurel Canyon donde una chica rubia se deja los dedos hasta las teclas del piano.

Y sí, al menos hay una tercera razón para felicitarse por la aparición de “Rockeras”, y es que se trata de un libro escrito con inteligencia y con corazón. Pero sobre todo con pasión, escrito sin darle ninguna importancia al criterio más o menos comercial del impacto real en ventas de los artistas, sino su influencia y su calado con la perspectiva de la que hoy contamos. Y para eso hay que ser cada día un poco más sabia.

Libro perdurable, cuidadosamente escrito y documentado, se disfruta sin descanso a lo largo de sus 244 páginas. ¿Qué canción elegir para ilustrar este libro? Es como si pusieran el paraíso en tus manos. A ver, Tina Turner, Aretha Franklin, Ruth Brown, Carole King, Patsy Cline, las Shangri-Las… 

LAS FIEBRES DE LA MEMORIA

Qué maravilla tener una vida real de fundamento que ya de por sí justifique el nacimiento de una novela. Gioconda Belli cuenta en sus entrevistas que tenía tres abuelas. Del abuelo de una ellas nacen estas fiebres de la memoria que angustian y deleitan. Se llamaba Charles Choiseul de Praslin. Protagoniza un auténtico periplo. Resulta por un lado, una emocionante aventura y por otro, el relato de una grave crisis de identidad.

Es un noble de la corte de Luis Felipe I de Orleans, rey de Francia, que lo ayudará a desaparecer del mapa fingiendo su suicidio tras ser acusado de un crimen pasional.

Los esfuerzos del fugado por adaptarse al personaje que deberá crear de sí mismo representan la gran fortaleza de esta novela. Tendrá que vivir mundos y ambientes tan diferentes al suyo que la salvación le resultará tortuosa.

El aristócrata lleva en la sangre el elitismo de su clase y tendrá serias dificultades para aceptar papeles inesperados obligado por las circunstancias. Se verá a sí mismo como un ser sufriente, forzado al exilio que le llevará de forma prestada –entre otros escenarios– al sueño del oro californiano y a la Nicaragua del café.

En “Las fiebres de la memoria” sentiremos su agonía, la resistencia a la realidad de un personaje que no tiene la percepción de ser un privilegiado. Acabará por aceptarlo, pero a regañadientes en su continua huida, en la que por cierto, siente a las mujeres de su vida como el origen de sus problemas.

Ellas son las malas de su película; se siente asfixiado en el pozo al que le condenaron. Incluso, a la forzada reinvención de su puesto en el mundo. Este es el lado fascinante de la historia: la evolución psicológica de un hombre incapaz de aceptar lo que le toca vivir. Me ha encantado este juego mental.

Emocionante también ha debido ser el rastreo de pistas de este familiar. Aunque la labor de documentación para los escritores sea farragosa en ocasiones, he disfrutado imaginando la búsqueda detectivesca del halo de este aristócrata.

La autora consiguió que cambiara la percepción inicial que tuve del personaje; tan estirado y soberbio que ni tan siquiera se percata de su buena estrella. Leía con el gesto torcido poniéndole rostro, casi con disgusto. Aunque en ningún momento dejé de observar con recelo su petulancia, termina por inspirar algo parecido a la ternura.

No está preparado para la improvisación. Todo le ha venido dado. Se siente víctima de sus mujeres escogidas. No comprende –ni quiere comprender– que tienen personalidad y razones propias para actuar como actúan. Sean o no lícitas sus acciones. Algo por otra parte, difícil de aceptar para un hombre de su clase a mediados del siglo XIX. Puede que sea complicado –la realidad nos da mil motivos por desgracia para comprobarlo– incluso para un representante del género masculino actual por mucho que hayamos avanzado.

Desde esta perspectiva quizás pueda el lector sentir mayor cercanía por este protagonista que da para más de una novela. Encierra muchas vidas dentro la suya, cual piezas de muñequita rusa, donde memoria y peleas interiores juegan malas pasadas.

No es menos importante en esta novela su belleza narrativa, apoyada en tramos que resultan poéticos gracias a la diatriba mental en la que se adentra y escarba la autora. Más teniendo en cuenta que su protagonista es un hombre. De hecho, hay momentos en los que no me cuadran determinadas cosas. Sobre todo, sentimientos (no debo profundizar más en este sentido para no desvelar demasiado).

Me entusiasman las brumas del cerebro y el corazón cuando están trabajadas, bien contadas. Muchos autores se empeñan en meterse en esta compleja faena para la que no todos, están preparados.

Es necesario convertir la materia prima en diamante. El oficio de la escritura es todo un arte. Hay que saber moldear con acierto y maestría frases, párrafos, capítulos que hagan del conjunto una obra con estilo y enjundia. Una, que te haga cerrar con gusto y pena (porque llega el fin) la última página.