Tres siglos después de que un brote vampírico aterrorizara Europa central y dos siglos después de que el «The Vampyre» de Polidori irrumpiera en la escena literaria, llega esta nueva historia acerca del vampiro, que rastrea sus orígenes hasta un momento y un lugar concretos: 1725, en las fronteras orientales del Imperio de los Habsburgo.
Una serie de terroríficos acontecimientos sobrenaturales captó la atención de doctores, científicos y teólogos de todo el continente, que cristalizó en el choque entre la naciente racionalidad de la Ilustración y el folclore tradicional de los Balcanes. La investigación que derivó de esos hechos fue un tema de fascinación popular, mucho antes incluso de que poetas y escritores fueran también presas de una «vampiromanía» que alcanzó su punto álgido en 1897 con el Drácula de Bram Stoker.
En esta nueva historia en torno al vampiro, Nick Groom, profesor de literatura inglesa en las universidades de Exeter y Macau y experto en literatura gótica, desentierra la compleja historia de una criatura de ficción devenida en icono, desde los tempranos intentos médicos por sustanciar la leyenda, a las supersticiones de la sangre y el cuerpo, las fuentes acerca de Drácula o su relevancia en la cultura popular contemporánea.
Durante este fascinante trayecto, Groom demuestra que el vampiro ha servido siempre para desafiar los convencionalismos y es por ello por lo que en el presente se erige en un antihéroe esgrimido por los marginados y excluidos. ¿Criatura de ficción, hemos dicho?
El libro comienza con un prólogo e introducción con bastante sustancia que nos pone al tanto sobre como se inició y desarrolló la historia de los vampiros a mediados del siglo XVII y comienzos del XVIII. Los Balcanes van a ser el lugar geográfico por excelencia donde los vampiros campen a sus anchas y hagan todas sus fechorías contra las pobres gentes de las aldeas diseminadas por todo el territorio. Después de este apartado introductorio, donde el autor nos da multitud de ejemplos de supuestos casos de vampirismos ocurridos en este periodo, comenzamos por el estudio del vampiro de la manera antes mencionada.
El vampiro fue una figura que hizo revolucionar a la ciencia y también a la religión. Los estudios de ambos lados quisieron catalogar a este ser que no era un fantasma pero tampoco estaba vivo, que era un monstruo pero al fin al cabo tenían forma humana. Capitulo a capítulo Nick Groom va desgranando todos estos aspectos. Hay un capítulo dedicado al vampiro en la medicina, en las artes, en la literatura, en la religión, en la geografía y el territorio. En definitiva el británico nos muestra una numerosa cantidad de variantes en las que el vampiro influyó de lleno.
Para analizar esta influencia el historiador no duda en estudiar de cerca los diferentes tratados, libros y obras que se escribieron en este largo periodo que abarcó más de un siglo. Escritos que realizaron expertos y no tan expertos en el tema, incluso los Papas de Roma se atrevieron con los vampiros. Y es que como bien se expone en el libro, aunque hubo estudiosos que tuvieron la cabeza fría al leer sobre los hechos que ocurrían en los Balcanes, una parte de Europa Central o del Este se lanzó a la búsqueda de vampiros abriendo y profanando tumbas.
El libro no tiene una estructura cronológica evidente, pero si es cierto que este avanza poco a poco a lo largo de las décadas mostrando como en la sociedad se fue forjando esta idea del vampiro como la que conocemos: un ser de tez pálida que duerme de día y sale de noche para beber la sangre de mujeres y hombres de aldeas perdidas en los bosques. Por todo ello el capítulo final de «El Vampiro» no puede ser otro que la literatura dedicada a historias de vampiros, etc. El culmen de esta literatura, como no podía ser de otra manera, fue Drácula (1897) de Bram Stoker. Por último Groom añade un apartado con las conclusiones en las que añade la influencia del vampiro en el siglo XX con el estallido sobre todo del séptimo arte y las series televisivas.
A nivel técnico, la el libro esta maquetado de manera impecable y editado de manera magistral. El mismo añade diferentes grabados en color y en blanco y negro donde se puede ver esta evolución del concepto vampiro. Desde una lámina de finales del siglo XVII hasta la portada de la película El Ansia de 1983. Sin olvidar las portadas de la reconocida revista pulp estadounidense Weird Tales. A parte de este material gráfico bien seleccionado también se ha ilustrado la obra con algunos grabados de Francisco Goya de su serie Los Caprichos, los cuales le dan un toque muy acertado.
