jueves, 11 de abril de 2024

LA AUTÉNTICA ODESSA

Publicado por Lucky en 17:30 0 comentarios

Un interesante capítulo es el de “Los secretos de ODESSA”, una organización clandestina de nazis distribuida por el mundo que permitió escapar a muchos otros y darles una identidad falsa. Contaba con mucho dinero, que explicará de dónde lo cogieron. Las rutas fueron de Alemania a Italia y Austria, de allí a España, o a países árabes, donde los expertos nazis fueron tenidos en gran estima. Y una tercera ruta a Sudamérica.

Hasta la caída de Perón, 1955, Argentina fue la Tierra prometida de los cabecillas nazis. Luego fue Paraguay su refugio, el de la élite de los SS. ODESSA fue una organización tremendamente eficaz. Los nazis usaban su arma secreta, las bellas mujeres alemanas y austriacas, para camelar y convencer a los “inocentes extranjeros” que acabaron apoyando a los nazi en su huida. En su retiro insisten en establecer en el futuro un Cuarto Reich. A ello, veremos, dedican mucho dinero. Es algo que no debiera pasar desapercibido, pues lo harán de manera camuflada.

ODESSA se fundó el año 1947: Organización de Miembros de las SS. Dijeron ser una institución caritativa. Crearon varias redes clandestinas, la principal se llamó “Araña” (Spine). Una red clandestina mundial de fuga. Creó una organización propia de correos y de camioneros. Se creaban grupos de 3 0 5 personas. Unos falsificaban documentos y otros proporcionaban dinero. Uno de los cabecillas fue Franz Röstel, que residió en Uruguay y pasó temporadas en la Costa Brava de España, donde poseen fincas de vacaciones. Les ayudaban monjes franciscanos. Cierto que los conventos de estos monjes escondieron en Roña a muchos judíos durante la ocupación nazi. La Operación Odessa pasó desapercibida para el espionaje de los aliados. Sucedió algo que el autor de este libro sospechó, pero no l se corroboró hasta años después de escribirlo: que EE.UU. reclutó a científicos nazis y a altos cargos para que trabajasen para su gobierno, incluyendo los servicios de Inteligencia.

La organización ODESSA mantuvo contacto con contrabandistas de Egipto, Siria y Sudamérica. Contaron con dinero que tuvieron desde antes de que se formara la organización. “La pista del dinero lleva al cubil del asesino”. Se había creado un capital nazi. Varios industriales alemanes se reunieron el año 1944 en Estrasburgo, a espalda, incluso, de la Gestapo. Banqueros, magnates del acero y del carbón que apoyaron a Hitler comenzaron a desertar. Vieron con antelación que iba a perder la guerra, por lo que decidieron salvaguardar el capital nazi para que no fuera confiscado por los Aliados. Fondos, depósitos, patentes, planes de nuevas armas fueron trasferidos a países neutrales o no beligerantes. . Crearon para ello empresas en el extranjero. E invirtieron en España, Suiza, Argentina, Portugal y Turquía, según un informe de EE.UU que hizo posteriormente.

“Los nazis tenían enormes fondos secretamente invertidos para la futura fundación del IV Reich”. Los industriales no compartían las ilusiones románticas de los altos cargos nazi, ni pensaban que se ganaría la carrera de la bomba atómica, ni que hubiera un arma secreta de la que se hablaba de manera difusa. . Vieron necesario crear una “red técnica” a nivel mundial. En la reunión de 1944 estuvieron representantes de las firmas: Rochling (industria de aplicaciones técnicas del plástico, aun vigente), Concern, Krupp (una fundición de acero, la mayor empresa de Europa en aquellos tiempos; el año 199 se fusionó con Thyssen AG; fabricó armas y en la actualidad estructuras para grandes edificios), Messerchmidt (empresa aeronáutica; tras la guerra se le prohibió hacerlo y produce motocicletas y coches de diseño), la Goering Werke de Linz (conglomerado industrial de la Alemania nazi; se estableció en julio de 1937 para extraer y procesar minerales de hierro domésticos de Salzgitter que las acerías privadas consideraban poco rentables), altos oficiales del Ministerio de Guerra y del Ministerio de Armamento. El doctor Scheid de Hermannsdorfwerke estableció que cada industria estableciera contactos con firmas del extranjero, sin llamar la atención, para poder financiar al partido nazi cuando acabara la guerra. Trasfirieron capitales como si fueran negocios, a negocios, bancos y empresas de España, Turquía y sudamerica. La documentación fue escondida en lagos de los Alpes, para que se buscasen luego para ser “pescadas”. Su objetivo era financiar en el futuro un nuevo Reich.

La organización ODESSA fue financiada con estos fondos. Y de empresas camufladas de Tánger y Siria. Financian el resurgimiento del nazismo. Otro fondo con el que cuentan es el “tesoro nazi”, en el entorno de la antigua Fortaleza de Aussee – Austria. Se encontraron en cajas dentro de un lago, con millones de billetes ingleses de libras falsas. También oro, estupefacientes y dinero alemán. El oro provenía entre otras fuentes, de dientes de los cadáveres judíos. Los fundían para hacer “ladrillos”, oro en barras. Y monedas de oro, algunas acuñadas en 1905. Todavía está por descubrir el total de los 1.000 millones de dólares. Muchos agentes de la Gestapo ocupó puestos destacados en los países a los que huyeron.

Descubrió que había una red de espionaje invisible formada por camareros, taxistas y mozos de hotel. Muchos miembros de las SS fueron declarados muertos, por lo que no se les pudo buscar.

También buscó a colaboracionistas judíos en los ghetto, alguno miembro del Consejo Judío, que los nazis establecieron en cada uno y en los campos de concentración. Algo terrible fue hacer que los propios judíos eligieran a quien iban a matar. Algunos trocaban sus vidas por las de otros, pero los hubo que otros colaboraban con las agencias nazi. Al acabar la guerra se prohibió hablar con ellos. Treinta fueron declarados culpables de colaboracionismo.

Kurl Wiese, se había escapado el año 1964 de su arresto. Trabajó como obrero en la fábrica de automóviles Ford. Durante la guerra fue apodado como “el carnicero de Bialystok”. Mató a tiros a 200 judíos, 80 de ellos niños. Arrestado en 1963 pagó una fianza para estar libre hasta el juicio. Un año después se fugó. Le cogieron en el tren cuando huía a Egipto. Extraditado a Alemania fue condenado a cadena perpetua.

Hitler creó su propia ciencia médica. Los campos de concentración se convirtieron en laboratorios antinatura. Experimentaban con seres humanos. Les creaban dolores diciéndoles que era una suerte porque de esa manera no les mataban. Una investigación fue esterilizar en masa a esclavos y gentes de otros pueblos. El doctor Josef Mengele se especializó en la “ciencia de los gemelos”, para producir artificialmente niños de rasgos arios y ojos azules. Odiaba a los gitanos. Llamado el “Ángel de la Muerte” en Auschwitz. Logró escapar a Buenos Aires, luego a Paraguay y finalmente a Brasil donde murió mientras que nadaba en una playa al sufrir un ictus, el año 1979. Fue enterrado con un nombre falso. Se descubrió su identidad el año 1985 tras un estudio forense. El año 1992 se confirmó por un análisis genético. De joven le gustaba el arte, la música y el esquí. Se doctoró en antropología. Destacó como soldado. Quiso después hacer estudios genéticos con los prisioneros. Mandó cortar la cabeza de varios niños para estudiar una epidemia. A muchos enfermos les mandó a la cámara de gas. Con los gemelos quiso demostrar la supremacía genética. Inyectaba soluciones en los ojos para convertir los ojos castaños en azules, causando terribles dolores. Al acabar la guerra fue hecho prisionero, pero por un error burocrático, al no llevar un tatuaje de las SS, le liberaron. Luego le dieron por muerto. En Argentina trabajó de carpintero y de agente comercial. Dejó escrito un diario que ha acabado en manos de un rabino, que lo custodia para demostrar los horrores del Holocausto. Las universidades en las que estudió le han retirado sus títulos.

En su periplo de huida usó muchos nombres falsos. En los campos de concentración vestía elegantemente. Mandó a muchos niños a la cámara de gas, entre otras razones por ser bajitos. Estudió Filosofía en la universidad de Múnich, y se interesó por Kant, de su obra “Crítica de la razón pura”. Y leyó con pasión al filósofo hitleriano Alfred Rosenberg, quien fuera el ideólogo del nazismo. Pretendió la transición del cristianismo a la fe nazi. Fue condenado en Núremberg a la horca como criminal de guerra. Fue miembro de la Sociedad Thule, grupo de estudios de la antigüedad alemana, con teorías ocultistas desde donde se defendía la teoría de la supremacía racial de los arios. En 1929 creó un Frente de Lucha para la Cultura Alemana exaltando la superioridad racial aria. También un Instituto de Estudio de la Cuestión Judía de carácter antisemita. Su libro “El mito del siglo XX” fue cuestionado por las autoridades nazi, por ser un tanto paseudoreligigioso. Se apropió de muchas obras de arte de museos.

El doctor Mengele huyó a Paraguay. Fue ayudado por amigos españoles. Había creado un lugar durante la guerra en donde jóvenes, hombres y mujeres alemanes-arios, se juntaban para procrear súper-arios, los “Lebensborn”. A los que muchas mujeres fueron llevadas a la fuerza. No sabían quien era el padre. Muchas chicas odiaron a los nazi por esto. El objetivo de Mengele era purificar la raza. Consideró que cumplía con su deber.

Cuando murió su padre fue al funeral alojándose en un convento. En Argentina adquirió la mitad de una fábrica de tractores. Lo útimo que supo antes de acabar este libro Wiesenthal es que se ocultó en una zona militar restringida de Sao paulo – Brasil, una jungla adaptada por colonos alemanes. Además de la policía un cuerpo de seguridad privada fuertemente armados vigilaba su seguridad. El gobierno alemán occidental le siguió buscando sin éxito, ofreciendo una recompensa por su persona.

Ana Frank se escondía con su familia de la Gestapo, hasta que un confidente holandés la delató. Años después de publicar este libro, se supo que fue casual, pues investigaban empleo ilegal. Cuando la detuvieron al ver un soldado de las SS que una caja sólo contenía papeles la tiró al suelo. Era el diario de aquella chica, el cual despertó la conciencia del mundo por ser escrito por una muchacha normal, que no era escritora ni famosa. El año 1958 jóvenes alemanes gritaron en un teatro que representaba una obra sobre tal escrito, coreando que era mentira, que fue un invento judío. Quisieron hacerlo ver como que es cosa de jóvenes, pero es que se les estaba enseñando a creer en mentiras, ¡diez años después del final de la guerra! Para Wiesenthal era algo muy serio., era un síntoma de algo que podía afectar al futuro.

Para el autor de estas memorias la reconciliación sólo es posible sobre la base de conocer la realidad. Por ejemplo era frecuente oír que las imágenes sobre los campos de concentración, las muertes, eran montajes para hacer ver a los nazis como culpables. En aquel tiempo se puso en duda de que Ana Frank existiera, ¿y el diario?”una falsificación” El problema es que fue enterrada en masa, en Bergen-Belsen. Junto con su hermana murió de tifus, pocas semanas antes de la derrota del nazismo. Su padre vivía, pero podía inventar que era su hija. Fue el único de los ocho miembros de la familia que sobrevivió. Wiesenthal se propuso encontrar al soldado que la arrestó catorce años antes. El padre no quería, ¿para qué?, ¿para aumentar el sufrimiento?

Un inspector de la policía austriaca, en Viena, fue suspendido de sus funciones el año 1963 para ser juzgado por el caso de Ana Franz, pues fue quien la detuvo. Los rusos sacaron la primicia de la noticia. Él aludió que cuando la detuvo cumplía con su deber como soldado. Y también no entendía tal persecución cuando ya habían pasado muchos años. Tras un proceso de desnazificación se reincorporó el año 1952. El Ministerio de Interior austriaco le absolvió de culpa y volvió a ejercer de inspector de policía.

La casa de Ana Frank, en Amsterdam se convirtió en un monumento conmemorativo. Vivieron allá tras exiliarse de Alemania el año 1934, por el peligro que fue ser judío. El padre de Ana publicó los diarios para cumplir el deseo de su hija de ser escritora. El padre eliminó cinco páginas, que luego fueron recuperadas. Tratan de él y su esposa. Ana criticaba aquella relación. El año 1980 dos neonazis fueron denunciados por distribuir folletos aludiendo a que tales diarios son falsos. El año 1990 el Tribunal Regional de Hamburgo confirmó su autenticidad, con pruebas caligráficas y demás.

Una mujer, Frau Keller, llegó a Frankfurt – Alemania, el año 1948. Encontró a un hombre que no bebía ni andaba con mujeres y se casó con él cuatro años después. Nunca habló de la guerra. El año 1961 cuando fue al trabajo con el periódico y la fiambrera no volvió. Como no murió no podía recibir ninguna pensión. Estando en la peluquería ojeó una revista con fotografías de matanzas en masa en Winniza – Ucrania. ¡Era su marido”. Gritó sin contar por qué.

Herr se presentó voluntario para aquel trabajo. Su esposa al saberlo se lo contó a la policía, que le dijo que mantuviera la boca cerrada, que se iba a a aprobar una ley por la que no le harían nada. Tenía nombre falso y no le encontraron. “Un asesino entre nosotros”.

El doctor Erich Rajakowitsch, no le llamó la atención al autor, hasta que este apellido se repetía en otros informes. Se citaba con Eichman en la casa del barón Luis Rotschild, jefe de la casa Rothschild. Cuando fue detenido, solicitó terminar de comer. Fue internado en la casa de la Gestapo, “Monopol”. Pidieron un rescate de 20 millones de dólares que se lo pagaron y le liberaron. Se cree que el pago fue menor, pero fue la cifra más alta de dinero por una liberación. Los nazis prometieron nuevos hogares a los judíos.

Los Rothschild eran de las familias más ricas del mundo. 3.500 obras de arte y piezas de gran valor fueron robadas por los nazis el año 1938. Al acabar la guerra, no todas, se encontraron en una mina de sal al oeste de Viena. 14 las seleccionó Hitler para su museo en Linz. El año 1999 la familia recuperó gran parte de aquel tesoro. Muchas las vendió después. Dañada su casa durante la guerra, el año 2006 se convirtió en un hotel de lujo.

Rajakowitsch era uno de los encargados de ejecutar el Plan de deportar a los judíos de Europa a la isla de Magadascar, que los alemanes pretendieron obtener este territorio de los franceses. El año 1952 Austria ordenó su arresto por sus actividades de “ariozación”. Su caso fue sobreseído. Su segunda esposa tuvo grandes negocios en la Unión Soviética, Polonia, Hungría y en Alemania. Él se convirtió en un abogado con mucho dinero. Muchos SS de la Alemania Oriental se convirtieron en miembros leales del Partido Comunista. Los altos cargos nazis supieron jugar con la oscura burocracia de Austria y Alemania. Le echaron de Siza, otros países no le dejaron entrar en su territorio. Se había convertido en un agente soviético. Su hijo Klaus dirige el negocio Enneri & Co, que más adelante trasladaría su central a Milán. Se dedicó a negociar con los países del Este. Importaba en Italia hierro, grafito, lignito y también madera y cristal, exportaba motores de barcos a Alemania Oriental y suministros médicos a Hungría.

Raja, acortó su nombre, Eric Raja, tuvo disputas legales con Wiesenthal sobre su publicación But the Murderers Live (“Pero los asesinos viven”) y pudo hacer que le confiscasen este libro. No logró reabrir su proceso penal. Vivió plácidamente en Austria. En Holanda hubo una orden de extradición. Murió el año 1988 con 83 años.

Olek fue el único judío superviviente de Chodorow, Galizia – Ucrania, que fue arrasado por los nazis. Un vecino cristiano le escondió en su sótano, debajo de un montón de carbón. Al acabar la guerra fue a Israel, trabajando en un kibbutz (granjas colectivas de Israel) Conocieron, él y el autor, al barón Evert von Freytag-Loringhovern. Su hermano, Wessel, fue un coronel que participó en la resistencia contra los nazis. Fue primero un apasionado seguidor de Hitler. Se sentía humillado por la derrota de la I Guerra Mundial y soñaba con la Gran Alemania. Se unió a la resistencia al ver lo que hicieron los SS antes de la Guerra, en la Noche de los Cuchillos Largos. Participó en un golpe malogrado contra el Fürher. Fue quien procuró los explosivos. Fue detenido y sus hijos. Sobrevivieron a la Guerra. Su hermano le contó casos espeluznantes, como la matanza de 1.500 mujeres en Grodno, hoy de Bielorusia. Uno de los que participó en aquella matanza trabajaba de mecánico en Kiel – Alemania. Fue detenido y murió en la cárcel el año 1965. Aquello que describió el barón, fue encontrado aquel mismo año por las autoridades polacas. Una fosa común.

Karl Babor, fue otro médico de las SS que se especializó en asesinar con inyecciones de fenol, que inyectaba en el corazón. Fue hecho prisionero, por los franceses, tras la guerra. Al repatriarle a Austria quedó en libertad. Se casó sin saber su pareja qué fue, y al enterarse le denunció. Se fue a Etiopía donde murió el año 1964 en un río, sin que le pudieran haber detenido. Lo que cuenta Wiesenthal es que dicha esposa fue a verle. Le contó que por un anuncio de propósito de ,matrimonio se puso en contacto con el padre de Karl, que era ingeniero. Le habló de su hijo, el doctor Babor que ejercía en Addis-Abene – Etiopía, siendo sus pacientes la familia del emperador, Haile Selaissie. Trabajaba en un hospital que los rusos donaron a este país africano. Ella advirtió que era judía, lo cual no les importó a los Babor. Se escribieron, pero al conocerle no le pareció su interlocutor, sino alguien raro, incluso siniestro. Descubrió que la esposa anterior de él, murió en un accidente de coche, en el que iban ambos, pero que ella conducía y parece ser que lo provocó. Al querer saber de él, se irritó y le llamó “cerda judía”. El criado le avisó de que le dan esos ataques y le aconsejó que se fuera. Sólo amaba a los animales. En su época nazi era estudiante de medicina, pero luego al ser liberado en 1952 acabó la carrera. Se suicidó lanzándose a un río lleno de cocodrilos, año 1964. En otras noticias que le asesinaron compañeros de las SS. A su funeral asistieron muchos miembros de la colonia alemana y austriaca de África. El cónsul general de Austria colocó una corona en su tumba.

El año 1964 se encontraron pruebas documentales sobre el exterminio de gitanos, considerados también una raza inferior. Los matrimonios entre gitanos y alemanes estuvieron prohibidos durante el régimen nazi. No se sabe el número exacto de muertos en los campos de concentración, porque a muchos se les llevó junto con los judíos. Mayoritariamente fueron enviados a los gethos de Polonia. Al holocausto gitano se llama en romaní, su lengua, “porrajmos”, que quiere decir “devoración”. Desde 1936, igual que los judíos, no tuvieron derecho al voto.

El autor de sus memorias cuenta cuando recibió una carta de Nueva Zelanda. El año 1946 al volver a su casa en Alemania no quedaba nada en ella. Se fue a vivir al país desde donde escribió la carta. Muchos cuadros y obras de arte fueron robadas. Formó parte del mayor saqueo de arte de la Historia. Alfred Rosenberg se encargó de esta tarea en Alemania y en los países ocupados. El ideólogo del nazismo, que fue condenado a la horca en el proceso de Núremberg. La Gestapo se llevaba los cuadros y a sus dueños, a los que no se volvía a ver. Ante este presión muchos fueron obligados a vender sus obras de arte, al precio que dijeran los “compradores”. Finalizada la guerra quienes formaron parte de esta red fueron colocados en importantes museos, como trabajadores y marchantes. Gracias a la labor y denuncia de Wiessenthal los dueños de las obras de arte pudieron reclamarlas, pero hasta 1968. Después serían propiedad del Estado.

El año 1940 los SS instalaron en los bosques de Rabka – Polonia una escuela de policía, para futuros cuadros de los SS. Antes fue una ciudad dedicada al turismo de balnearios. Tenían que adiestrarse en ser insensibles a la sangre. El jefe de la escuela fue Wilhem Rosenbaum, descrito como un ser cínico y brutal, convencido de su misión. Finalizada la guerra se fue a vivir a Austria encontrando trabajo en una cooperativa agrícola de Alemania del Este. Luego trabajó de agente de seguros, vendedor ambulante y de detective privado. Abrió una tienda de golosinas y repostería con mucha fama. El año 1961 le detuvieron al saberse los asesinatos cometidos en Rabka bajo su mandato. Condenado en 1968 a cadena perpetua, pero al poco tiempo quedó en libertad por padecer reuma crónico. Murió en Alemania el año 1984 con 69 años.

Rosenbaum reclutaba judíos de los pueblos cercanos. Los enfermos y ancianos eran asesinados de inmediato. Los demás trabajaban para los SS de cualquier lugar a donde les enviasen. Una de sus atrocidades fue hacer practicas de tiro contra ellos. Mandó matar a los judíos que se llamaran como él o que tuvieran de nombre Adolf o Hermann. Los que tuvieran su nombre los mataba él mismo de un disparo. Si algún soldado de las SS o policía se echaba para atrás, o mostraba miedo o piedad era enviado a una posición avanzada de los frentes de guerra. Lo cuanta una criada, que limpiaba las botas ensangrentadas de aquellos soldados cuando volvían de los bosques donde mataban a las personas judías.

Galitzia, ciudad polaca, actualmente de Ucrania, fue escenario de pogroms, palabra que refiere a la persecución sistemática de los judíos desde 1905, a partir de la Revolución. En aquella población fueron arrestados por los soldados soviéticos, acusados de “burgueses”, dese 1939. O señalados como sionistas o miembros de la Inteligencia del judaísmo internacional. Si no era por una cosa, fue por otra. También encarcelaron a nacionalistas polacos y ucranianos. Al invadir esos territorios los nazi, los rusos mataron a todos los presos. Como hubo soldados judíos, acusaron a éstos de haberlo hecho, por lo que creció el antisemitismo. Tras millones de judíos fueron asesinados en Polonia por sus conciudadanos. Fue el único país que ocupado en el que la población nativa colaborase con estas masacres. Muchos lo hicieron para apropiarse de sus propiedades. También la población nativa de Ucrania colaboró con la Gestapo. Los judíos antes de ser ejecutados tenían que pagar las balas con las que les iban a disparar.

Otto Wachter fue uno de los protagonistas de estas matanzas en Polonia. Gracias a la organización ODESSA se refugió en un colegio religioso de Roma. Enfermó y murió allá en 1949 con 48 años. Junto con su mujer se dedicaban a disparar con un fusil contra los judíos que estaban en el campo de concentración haciendo trabajos forzados, al azar. Se encontró el diario de un preso y ella fue detenida al saberse su afición al tiro. Otros capos de los SS hicieron que presos judíos compusieran música que luego acompañaban con tales obras las ejecuciones.

Algunos jueces austriacos encargados de juzgar a criminales nazis fueron durante la guerra miembros de las SA. Muchos estudiantes se manifestaron quejándose de las sentencias.

Muchos alemanes condenaban en secreto las atrocidades del régimen nazi, pero no hicieron nada. Alguno sí, como Anton Schmid. Fue ejecutado por la Gestapo en 1942. En su tumba reza un epitafio: “Aquí yace un hombre que juzgó más importante ayudar a sus semejantes que vivir”. Para el autor de este libro que comentamos hacer justicia con los criminales de guerra es un deber para con los muertos.

En los barracones algunos rabinos alquilaron los libros de rezos por la sopa de sus compañeros presidiarios. Uno murió empachado.

En la jerga nazi “tensión psicológica” quería decir méritos especiales en la técnica de exterminio de masas. Sus agentes fueron un problema, al ser portadores de un secreto de primera categoría. Fueron enviados al teatro de operaciones para que no volvieran. En sus fichas de destino ponía “para incinerar”. Un superviviente, Franz Stangl, del frente yugoslavo, donde los guerrilleros no cogían prisioneros, sino que los mataban, sobrevivió y se reunió en Alemania con su mujer e hijos. Les habían enseñado científicamente a exterminar a grandes colectivos. Franz fue apodado “la muerte blanca”. En su jurisdicción de700.000 prisioneros quedaron cuarenta con vida.

Franz fue llevado por la organización ODESSA, con la colaboración de un obispo de Roma, a Damasco – Siria. Luego se trasladó a Brasil, donde trabajó de mecánico en la fábrica de la Wolswagen (coche del pueblo). Siguieron su pista al saber que en este país vivía una prima suya. Al ser detenido alegó que no hizo nada malo, que le obligaron a alistarse. Le delató alguien que pidió dinero por dar con su paradero, al final pidió un centavo por cada judío que mató. Finalmente le detuvieron cuando el libro estaba imprimiéndose, lo que dice en una nota de página. Fue condenado a cadena perpetua y murió en prisión el año 1971 de un ataque al corazón.

Una mujer se relacionó con Bruno Bruckner, el fotógrafo del castillo de Hartheim. Construido en el s. XVII fue de una asociación de beneficencia para atender a discapacitados. En 1939 el gobierno alemán lo expropió para hacer un centro de “eutanasia”. En la actualidad es un lugar de vista para ver las política de exterminio del nacionalsocialismo. Siguen recogiendo documentación para dar nombre a todas las víctimas.

Se había convertido en un principio con los nazis en un hospital. Las fotos que sacaba bruno las enviaba a Berlín, como cosa de alto secreto de Estado. Experimentaban con las apersonas, pero Bruno no contó nada, hasta que un día borracho se lo dijo a su pareja, la cual fue a hablar con Wiesenthal, quien descubrió un informe sobre el programa de eutanasia que los nazis llamaban “muerte a favor”. El nombre del lugar fue “Destrucción de vidas que no vale la pena vivir”. Primero lo dirigió Rudolf Hesse, hasta su deserción. Le sustituyó el Martín Bormann. Nombró un comité de especialistas, entre ellos el doctor Werner Heyde, profesor de psiquiatría, responsable de la muerte de 100.000 personas. Desapareció al finalizar la guerra como Dr. Sawade. Fue capturado el año 1962 y se suicidó en la cárcel antes de ser juzgado.

Las víctimas se agruparon como “bocas inútiles”: Enfermos incurables, personas mayores retrasados mentales. No había judíos porque éstos fueron enviados a campos de concentración. Muchos fueron alemanes. La “eutanasia” fe considerada una ejecución ética para los de su raza. Conocida como “Acción 14” comenzó en 1941 hasta el final de la guerra. Desde 1943 muchos prisioneros franceses, y alguno español, fueron llevados a este castillo.

Llegaban los autobuses, y las víctimas eran reconocidas por un doctor. Les hacían desnudarse e ir a una sala para ducharse, y cuando estaba llena, con capacidad para 150 personas, soltaban gas, monóxido de carbono. Se almacenaban los cadáveres para incinerarlos. Luego las cenizas se machacaban. Las cenizas fueron esparcidas cada semana al río Danubio y al Traun.

La mujer de Bruckner le denunció por estar celosa. Él trabajaba en Linz – Alemania, en un complejo químico. Se resistió a ese trabajo, pero de no hacerlo o contar algo le matarían. Le reclutaron luego para el frente del Este. Contó al autor del libro que le extraño que en los sótanos gaseaban a unas treinta personas, pero bajaban a verlo ochenta soldados. Resultó que aquel lugar era una escuela de asesinato en masa. Adiestraban así a los soldados, para eliminar sus prejuicios y acostOtto Wachterumbrarse. Fie en la Conferencia de Wannsec, 1941 que los nazis determinaron el exterminio de once millones de judíos de Europa. Crearon para ello asesinos profesionales. Nada se dejó al azar. No salió información de aquel lugar, ni siquiera rumores. Se logró que quienes estudiaban y hacían prácticas para matar colectivos enteros se insensibilizaran a los gritos de las víctimas. Los maestros de tan macabro estudio vigilaban las reacciones de los estudiantes. Si no se desmoronaban de matar a uno de los suyos, menos a millones de “enemigos”. Si alguno mostraba debilidad o se resistía le enviaban al frente a los escuadrones suicidas. Muchos de los que participaron en este crimen quedaron en libertad.

El paradero de Martín Bormann, el principal lugarteniente de Hitler, fue el mayor misterio después de la guerra. Que si fue a Paraguay, a España… Fue desde 1941 el jefe nazi más poderoso desde 1941. Le llamaron “La sombra de Hitler” y “El espíritu del Mal de Hitler”. Tuvo una gran capacidad de organizador. Las órdenes de alto secreto pasaban por sus manos. Fue condecorado en la Orden de Sangre por el mismo Hitler. Comenzó de ayudante de Rodof Hesse. Se casó con la hija de quien llegó a ser el juez supremo del partido nazi.

Una de las ideas de Bormann para cuando acabara la guerra fue legalizar y potenciar la poligamia, había redactado un decreto para aplicar después de obligar a cada soldado de las SS a casarse con tres mujeres. Justificado en las pérdidas de vidas de varones alemanes. Se han recuperado las cartas que intercambió con su esposa, quien estuvo de acuerdo con esta teoría. Él le contaba sus aventuras con sus amantes y ella le daba consejos. “Las cartas de Bormann” fueron publicadas el año 1954 en Inglaterra. Una de ellas fue una actriz que luego actuó en la Alemania Oriental en el grupo Gorki, Manja Behrens, que murió el año 2003 a los 89 años. Los nazis permitieron el divorcio cuando la mujer era estéril. Y para aumentar la población se legalizaron en igualdad de condiciones los hijos fuera del matrimonio.

El novio de Manja había ido a luchar al frente. La esposa, Gerda, de Bormann le respondió una carta en la que le contó la relación de la siguiente manera: “Es una pena que a mujeres tan hermosas, se les niegue la posibilidad de ser madres. Podrás ocuparte de que eso cambie, pero deberás estar atento a que Manja tenga un hijo un año y yo al siguiente, de manera que tengas siempre una mujer que esté disponible. Será bueno que se promulgue una ley al final de la guerra, como al final de la Guerra de los Treinta Años, que permita a hombres sanos y válidos tener dos mujeres”. La respuesta de su marido: “El Führer es exactamente del mismo parecer”.

En otra carta que él escribe a su esposa se define como un pillo. Que se enamoró de una chica “Y la tomé a pesar de sus protestas… ya conoces mi tenacidad con la que ella no pudo defenderse, ahora es mía y me siento feliz casado. Ella sufre tormentos por ti, lo cual es una tontería…”.

Cuando Hitler se suicidó únicamente estaban en la cancillería Goebbels y Borman, 30 de abril de 1945. Goebbels se suicidó después de matar a su mujer e hijos. Borman llevaba una ampolla de ácido prúsico, pero propuso rendirse al frente ruso, a cambio de un salvoconducto. El mariscal ruso, Vassily Chuikov exigió la rendición sin condiciones. Tras la derrota quedaron grupos de guerrilleros nazis luchando. Bormann salió del refugio junto con el jefe de las juventudes del Reich, el chófer de Hitler, que fue quien proporcionó la gasolina para incinerar a Hitler y a Eva Braun. Mantuvo después de la guerra, tras escapar disfrazado y con apoyo de una mujer alemana, con antiguos miembros de las SS. Finalmente lo capturaron los soldados americanos que le mantuvieron preso sólo dos años. El año 1951 escribió sus memorias y el año 1975 murió con 64 años. También salió con ellos el doctor de Hitler, Stumpfegger. Éste fue el encargado de narcotizar y envenenar a los hijos de Goebbels. Al verse rodeado se suicidó junto a un tanque y estando al lado de Bormann, lo cual se descubrieron sus restos el año 1972 y se certificó la causa de la muerte y que era él con pruebas de ADN realizadas el año 1988.

El Diario de Bormann fue encontrado. Pero lejos de su cadáver. Se pensó que escapó a España. Otros que en Perú. Otros en Paraguay, donde dijeron que había muerto el año1963. Muchos de los que le acompañaron en la huida lograron escapar. Le vieron en Brasil. O que su esposa se reunía con él en España. Para Wiesenthal estaba en Perú. El año 1972 encontraron su cadáver, donde dijeron en un principio que había muerto. Se comprobó que tenía restos de cianuro en la boca. Su hijo le reconoció. El año 1993 se demostró que sí era él con pruebas de ADN. Su hijo se hizo sacerdote católico.

El autor del libro era vicepresidente de la Unión Internacional de la Resistencia. Buscaban a nazis destacados que se camuflaban entre la población, algunos en asociaciones de cooperación cultural, con nombres falsos. Otros usando pasaportes de judíos. Muchas al ser juzgados alegaron que lo que hicieron fue bajo presión. Incluso hubo kapos (confidentes) judíos, que algunos eran muy duros con los judíos ricos, pero ayudaban a los pobres. Otros torturaron a prisioneros indefensos. Uno de ellos pidió clemencia al ser juzgado, pero los supervivientes a sus palizas le recordaron que los muertos no pueden perdonar.

Otra atrocidad fue el asesinato de nueve mil soldados italianos en Cefalonia, una pequeña isla griega. Algo que fue desconocido, no se quiso dar fe ello acabada la guerra, porque fue cometido no por los nazis, sino por las Fuerzas Armadas alemanas, a la que se quiso apartar de los crímenes de guerra nazi. Esta isla ocupada por los italianos, fue reconquistad por los americanos, que dejaron a los soldados de Italia a cambio de que resistieran una invasión de Alemania. Cuando desembarcaron los alemanes las órdenes de los superiores fuera que se rindieran pacíficamente, pero temieron que les llevaran a un campo de concentración y respondieron con fuego. La batalla duró seis días. Los italianos se rindieron a título de prisioneros de guerra. Los generales del ejército alemán fueron condenados por su actuación en los Balcanes, a doce años de cárcel. Por eso no pudieron ser juzgados por otro crimen de guerra. Bormann dio la orden, en secreto, de que fueran ejecutados todos por no rendirse de inmediato. Fusilados en masa y luego incinerados. Sólo unos treinta lograron escapar y esconderse.

Cuando en 1938 un diplomático alemán murió por disparos de un estudiante judío se multó a todos los judíos de Austria. Una multa colectiva de mil millones de marcos. Eso justificó despojara los judíos de sus pertenencias. , lo que se llamó “arianizar” las propiedades de los judíos. Acabada la guerra muchos criminales nazis fueron consejeros de industrias prósperas, de empresas constructoras en otros países. Vivieron en libertad con nombre falso.

“¿Cómo podría nadie creer semejante horror sin haber pasado por él?”; “Las ruedecillas anónimas de la maquinaria de exterminio, los hombrecillos que mataban a unos pocos aquí, a otros allá, los que aplicaban el gas, inyectaban dosis letales, ¿Dónde están? Paseándose en libertad, con más salud que sus víctimas que lograron sobrevivir y quizá con un sueño más tranquilo”.


LA MUJER OLVIDADA

Publicado por Lucky en 17:00 0 comentarios

Clara Campoamor y su lucha por el voto femenino

Un libro sobre el debate que hubo en España hace 75 años sobre el derecho de voto de la mujer.

Hace ya 75 años que la mujer consiguió el derecho a votar; fue exactamente el 1 de octubre cuando fue aprobado por el Congreso de los Diputados el sufragio universal. 

Una pieza fundamental en este proceso fue Clara Campoamor. Escrito de forma novelada, en primera persona, Isaías Lafuente nos relata la historia de esta extraordinaria mujer, diputada en las Cortes y defensora acérrima de la igualdad de derechos entre los dos géneros.

 

CRONICA DE UNA AMANTE DE LOS LIBROS Template by Ipietoon Blogger Template | Gift Idea