martes, 12 de junio de 2018

JUÁREZ Y SU MÉXICO

Publicado por Lucky en 14:49 0 comentarios
A Benito Juárez lo han biografiado muchos escritores. Bien y mal. Algunos con un odio quizás justificado, pero incomprensible, otros con una admiración desbordada y otros más con toda la objetividad que han podido. Desde sus tiempos, los de Juárez, se han escrito biografías sobre él y siguen y sin duda seguirán apareciendo. Juárez fue y es lo que es, un hombre que vale la pena estudiar, por lo que hizo, por cómo lo hizo y por lo que dejó de hacer.

Fue, sin más, el presidente mexicano más culto del siglo XIX, y del XX pocos estuvieron a su altura. Era un hombre de pasiones, aunque uno de sus mejores biógrafos dice que sabía dominarlas. Se atrevía a apostarlo todo, su vida, su legado y su honor como mexicano en una sola partida. No era Juárez hombre de términos medios, desde que se encumbró con la presidencia aplicó una política de todo o nada. Eso le ayudó, entre otras cosas, a que no lo fusilaran. Aunque sus críticos siempre le han reprochado esa necedad con que se conducía en el puesto de presidente.

Algunos lo han acusado de traidor a su patria. Hizo cosas para ganarse ese titulo, pero hay algo muy importante que resaltar: él lo sabía; nunca ignoró que por sus acciones podía ser recordado por sus compatriotas como un traidor. Tuvo el valor, pese a todo, de correr ese riesgo porque quería ayudar a su país. Era un hombre serio, muy prudente, y también era valiente.

De sus biografías, la que más me gusta es la que escribió el norteamericano Ralph Roeder. Se trata de un librote de mil y pico de páginas. Aunque he sabido que se edita a veces en dos volúmenes, pero yo tengo los dos en uno, con edición del Fondo de Cultura Económica.
No es esta biografía, a pesar de ser tan voluminosa, la más completa de Juárez. Roeder deja algunos aspectos en el aire. El hombre se valía de demasiadas frases para decir bien poco. De Ahí que se gastó más de mil páginas para decir lo que otros han dicho en menos. Pero eso no es para reprocharle, sino para agradecerle, porque escribía tan bien que leerlo es bastante agradable.

Su método, no original pero que le salió muy bien, consistía en hacer monografías de cada personaje que se cruzaba de alguna manera con Juárez. Los abordaba en el plano ideológico y resaltaba sus principales intereses, sobre todo económicos y políticos.
Así, analizando personajes y acontecimientos, y luego ligándolos a Juárez, transcurre todo el libro, que no resulta en ningún momento aburrido, a pesar de los párrafos largos y del palabrerío del que se valía Roeder para explicar hasta los acontecimientos más sencillos.

Puede verse que el autor sentía admiración por Juárez. Pero me imagino que se propuso no dejar que repercutiera en el libro y a mi entender lo consiguió. Roeder nos presenta a un Juárez muy normal, con sus defectos, sus errores, su enorme inteligencia y su no menos admirable tenacidad, y también nos presenta a su México, al de Juárez, que en realidad no fue de él tanto como lo fue antes de Santa Anna y después de Porfirio Díaz, pero fue en el que él vivió, en el que se desempeñó como hombre y como político, mal y bien, con buenas intenciones, a su manera, a la manera de un hombre valiente, porque eso era Juárez antes que todo, valiente, como lo exigían las circunstancias. En esa época, la Reforma y el Imperio, hubo en México hombres muy valientes, mexicanos y extranjeros, de un bando y del otro. Muchos con su sangre regaron el suelo mexicano, Juárez no, y no porque no haya sido militar, sino porque supo salvar, de lo que pudo, a su país y también salvar su vida.

ASESINOS EN SERIE

Publicado por Lucky en 14:45 0 comentarios
A principios de 1978, el agente del FBI Robert K. Ressler (Chicago, 1937) visitó las prisiones donde cumplían condena los siete criminales más peligrosos del momento, entre ellos Sirhan Sirhan, el palestino que mató a Robert Kennedy; Charles Manson y su «mano derecha», Tex Watson; y Edmund Kemper, gigante de dos metros y ciento treinta y seis kilos de peso que acabó con sus abuelos siendo niño, pasó por cuatro reformatorios y cuando salió se cargó a otras ocho personas, entre ellas su madre. Kemper mataba, decapitaba y descuartizaba. La suya era una extrema inteligencia aplicada al mal. Balance penal: siete cadenas perpetuas.

No era la primera vez que Ressler se las veía con Kemper; ya le había entrevistado dos veces con su compañero John Conway. Kemper cumplía con la definición de «asesino en serie», término acuñado por Ressler en un ciclo de conferencias y que entroncaba con recuerdos de los cines de los sábados y los episodios de El Fantasma, siempre con desenlace abierto. «El acto mismo de matar deja al asesino en vilo, porque el crimen no ha sido tan perfecto como su fantasía… Cuando el asesino tiene ese tipo de pensamientos, su mente se adelanta y piensa cómo puede aproximarse más a la perfección la próxima vez.»

El asesino le susurró a Ressler: «Te podría arrancar la cabeza»
El reencuentro con Kemper se produjo en una celda anexa al corredor de la muerte. Fueron cuatro horas de conversación. El agente creía haberse ganado la confianza del asesino, pero tras ahondar en los aspectos más depravados de su ejecutoria, percibió un incómodo silencio: sintió miedo y pulsó el botón para avisar al guardián: nadie acudió. Lo hizo una segunda y una tercera vez... Kemper captó su desasosiego.Le informó de que era la hora de la comida y de los cambios de turno: podrían tardar hasta veinte minutos en venir a rescatarlo. Luego, el asesino sonrió y se puso en pie; desde su altura de gigante le susurró a un Ressler atemorizado: «Si ahora se me cruzaran los cables, ¿no te parece que lo pasarías mal?Te podría arrancar la cabeza y ponerla sobre la mesa para que el guardia la viera al entrar…».

Crónica penal

Aquel episodio le recordó un aforismo de Nietzsche: «El que lucha con monstruos debería evitar convertirse en uno de ellos en el proceso. Y cuando miras al abismo, el abismo mora dentro de ti». Cuando se jubiló después de treinta y cinco años en el FBI, Ressler reunió sus experiencias en un libro en colaboración con Tom Shachtman que publicó en 1992: El que lucha con monstruos. Veinte años después, este clásico de la criminología vuelve a ver la luz con el título de Asesinos en serie, edición actualizada. Porque Ressler fue ampliando un inventario criminal dominado en un noventa por ciento por el móvil sexual.

A Ted Bundy su «don de gentes» le ayudó a matar a una veintena de mujeres
En Asesinos en serie disecciona las personalidades más aberrantes de la crónica penal del siglo XX: Richard Chase, el asesino vampiro que sorbía la sangre de sus víctimas; los mitómanos Mark Chapman, asesino de Lennon, y John Hinckley, el acosador de Jodie Forster que atentó contra Reagan; John Gacy, el payaso asesino de treinta y tres muchachos; Ed Gein, que seccionaba los cadáveres y confeccionaba camisas con piel humana (inspiró el Norman Bates de Psicosis y el Hannibal Lecter de El silencio de los corderos); Ted Bundy, psicópata cuyo «don de gentes» le ayudó a matar a una veintena de mujeres entre 1974 y 1978; el seudomístico Charles Manson, líder de la secta que masacró a Sharon Tate y seis personas más en 1969; Charles Whitman, que tras acabar con su madre y con su esposa produjo una matanza en la Universidad de Texas…

«Organizados» y «desorganizados» según la tipología de Ressler, los asesinos en serie de antaño se reencarnan hogaño: pesadillas hechas realidad.

MÉXICO INSURGENTE

Publicado por Lucky en 14:41 0 comentarios
Crónica de un periodo de la historia de México en la que los partidarios de Pancho Villa y Emiliano Zapata, entre otros, tratan de restablecer el orden constitucional en el país, que había sido violentado con el asesinato del presidente Francisco I. Madero. 

México insurgente es una de las mejores crónicas escritas sobre la evolución mexicana y el libro con el que John Reed alcanzó la celebridad. Este periodista y corresponsal dejó un testimonio inolvidable sobre la primera gran revolución del siglo XX: la revolución terrible y generosa de los peones, de los campesinos de México, que teniendo al frente a hombres tan carismáticos como Pancho Villa y Emiliano Zapata, logró encender la esperanza de todo un continente. 

Su obra más famosa es: `Diez días que conmovieron al mundo` en la que describiría la revolución rusa bolchevique. Ambas las pudo escribir porque su espíritu aventurero y sus inclinaciones políticas, que no escondió, le llevaron a involucrarse estando `ahí`. En el momento justo y preciso. Más que literatura, se puede catalogar como crónica. Periodismo de guerra puro.

LA ESTIRPE DEL SILENCIO

Publicado por Lucky en 14:36 0 comentarios
Antes de convertirse en Rita Hayworth, Margarita Carmen Cansino pasa sus primeros años de carrera en Tijuana. Sus inicios como bailarina estuvieron ligados a los degradantes encuentros que su padre la obligaba a tener con distintos hombres. «Todos los padres lo hacen, Maggie», decía. A Rita sólo le queda el consuelo de poder compartir sus sentimientos con su hermano Verny, en estos momentos tan tortuosos de su vida. 

En la misma época, las parisinas Claire y Anette quedan huérfanas y, solas ante el mundo, no les queda más remedio que confiar en la palabra de un sacerdote que ofrece a la mayor de ellas buscarle un marido en México. Cuando las hermanas llegan a las costas de Veracruz, se encuentran con una realidad inesperada y sórdida: son separadas y prostituidas. 

Mediante un magnífico juego de voces narrativas, Sandra Lorenzano se pone en la piel de las mujeres que protagonizaron esta espantosa experiencia en el México de principios del siglo xx, y reflexiona sobre el valor de la memoria, los lazos de solidaridad y la necesidad de justicia.

CUADERNOS DE KABUL

Publicado por Lucky en 14:32 0 comentarios
El testimonio de un periodista comprometido con la verdad más dolorosa de una guerra: las historias anónimas de las víctimas civiles, la cotidianeidad de la retaguardia, la vida diaria de las personas atrapadas en un conflicto bélico. 

Ramón Lobo nos introduce en la otra cara de la guerra, en las pequeñas-grandes historias de los verdaderos perdedores, de las víctimas de la lucha y de la ausencia de paz que casi nunca tienen derecho a protagonizar su propia noticia. 

Este libro no pretende ser una explicación de lo que allí sucede, sólo desea ser una muestra de una realidad repleta de colores, olores y sabores de gentes sin derecho a un nombre y a una voz.

Historias de mujeres, hombres y niños atrapados en una guerra.

«Este es un libro de personas y aromas, de un Kabul a pie de calle que fluye paralelo a la política y a la guerra. Un Kabul a menudo invisible para la mayoría de los diplomáticos y contratistas extranjeros que se mueven en vehículos blindados y viven en hoteles de lujo o en casas amuralladas protegidos por ejércitos de guardas privados. Periodismo es mancharse de polvo los zapatos, pisar calle, escuchar, emocionarse para conectar con la emoción del otro, la única que importa.» 


Cuadernos de Kabul nos sumerge en la otra cara de la guerra, la de las pequeñas o grandes historias de las verdaderas víctimas del conflicto: aquellos que casi nunca tienen derecho a protagonizar su propia noticia. Ramón Lobo nos recuerda la lucha anónima de los civiles, el peso de la vida en la retaguardia, el dolor de las personas que tratan de vivir un día más en medio de un enfrentamiento bélico. No como explicación de lo que allí sucede, sino como muestra de una realidad repleta de colores, olores y sabores, de gentes sin derecho a un nombre y a una voz.
 

CRONICA DE UNA AMANTE DE LOS LIBROS Template by Ipietoon Blogger Template | Gift Idea