Nadie más de su familia ha logrado salvarse, salvo su padre Otto, con el que se reencuentra cuando son repatriados a Holanda. Pero, tras una experiencia tan dura, Ana ya no es la misma niña optimista que soñaba con ser escritora mientras escribía a escondidas su diario.
Ahora está resentida con el mundo, aunque su padre ve las cosas de otro modo e intenta recordarle que sobrevivir es un regalo y que hay que seguir adelante e intentar encontrar la felicidad.