Es una novela de ficción, contada a dos tiempos y dos lugares geográficos, con un personaje que actúa de nexo.
En la trama podemos encontrar amistad incondicional, unión entre dos mujeres muy dispares, la lealtad, el amor y desamor familiar, traiciones y deshonestidades, delitos, violencia, venganza y suspenso.
Lo que me gustó, es que si bien está presente en el libro la famosa Frida Kahlo, no es el personaje principal y sabe guardar su lugar. La protagonista es Neayeli, una tehuana que logra superarse, vida, que ayuda, que quiere, que esconde, que sufre, que vive su vida. Por medio de lo único que sabe: cocinar, se salva, crea su lugar, llega a ser amiga de Frida (la humana, no el gran personaje)
Me gustó mucho el papel de Paloma, la nieta de Nayeli, ella se cría en el abandono, es una mujer normal que quiere que la quieran. Su abuela le lega un objeto muy codiciado por varios, y ella es como una, no se entera de mucho, se siente traicionada por el silencio y lo alejada de todo que creció. Muy humana y real la sentí.
Sobre Frida no me quiero detener, si bien la historia es sobre el personaje histórico, aquí se ve a la mujer, el ser humano, su tormento, su arte, su relación tóxica con Diego, sus excesos, y sus miedos. Lo justo y necesario para el encuadre de la novela.
Se observa un gran trabajo de investigación, y sobre todo resaltar el proceso de enfocar, y no hacer otro libro más sobre Frida, ni un libro de historia Mexicana.
Son capítulos cortos, y me pasó que me entretuvo en ambos escenarios por igual, cosa rara de lograr. El final me dejó deseando más.
La descripción de comidas, cultura, condimentos, vestuario, peinados, parajes y sentimientos es exquisita. A pesar de ser ficción, se vive real, es muy visual. Muchos detalles que hacen a la historia.
Me encantan las novelas que mezclan ficción con personajes históricos muy
conocidos, y en este libro está muy bien logrado. Y a mi me encanta que me cuenten historias, por eso amé a Nayeli y a Paloma.
