
Por su parte, el monstruo ha desempeñado un papel esencial a lo largo de la historia y anteriormente cumplía la función de despertar el miedo en aquellos que debían aprender a comportarse. En la actualidad, el género de terror es el que ha ensalzado al monstruo a una posición superior, hasta el punto en que casos como el de Drácula o Frankenstein se han convertido en iconos de la cultura contemporánea.
En el caso cinematográfico, el terror ha gozado de una mayor libertad por su consideración de popular y su conexión con lo fantástico, lo que le ha permitido abordar problemáticas de índole social o político, debido a que la censura se ha centrado fundamentalmente en el contenido violento o sexual de las películas.
Este libro se centra en el asesino en serie como monstruo de terror, cuya figura cobró un gran protagonismo desde la segunda mitad del siglo XX.