jueves, 16 de noviembre de 2023

EL CHICO DE BUCHENWALD

Publicado por Lucky en 17:30 0 comentarios

Una historia verdadera sobre la fuerza de un joven para superar el horror nazi.

Al salir de Buchenbald, Romek volvió a la vida: había pasado parte de su infancia en uno de los campos de concentración nazis más crueles y aprendió demasiado pronto qué significa sufrir. Había conocido la maldad humana en estado puro. Había visto lo que nunca antes ningún chico había visto ni debería ver. Y había sobrevivido…

Pero su liberación abrió ante él las puertas de la esperanza. Gracias al apoyo de un profesor que nunca se dio por vencido, paso a paso fue recuperando su propio pasado, su confianza en el mundo y sus planes de futuro. Un camino difícil y duro, pero que vale la pena incluso en las peores circunstancias: de la oscuridad a la luz, de la desesperanza a la ilusión, del odio al perdón.

La primera vez que Robert Waisman decidió contar su historia fue en 1984, cuando un profesor dijo a sus alumnos que el Holocausto no existió. Él fue uno de los niños supervivientes del campo de concentración de Buchenwald y hoy insiste en la necesidad de saber hasta dónde puede llegar el odio para evitarlo.

Cuando el campo de concentración fue liberado por los norteamericanos el 11 de abril de 1945 había mil niños judíos que habían logrado sobrevivir al horror, y cuando le preguntaron su nombre, Waisman respondió: 117098.

Waisman, nacido hace 92 años en Polonia como Romek y que vive en Canadá desde 1948 tras ser rescatado por la OSE, una organización creada para cuidar a niños judíos, cuenta su historia en El chico de Buchenwald. Antes de acabar en Buchenwald, fue un niño esclavo en una fábrica de munición, y al ser liberado el campo tuvo que vestir un uniforme de las juventudes hitlerianas porque no había otra ropa. Quería volver a casa, pero no podía. Los psiquiatras dijeron que ninguno de esos chicos pasaría de los 40: «Estábamos demasiado heridos, dijeron», recuerda Waisman, 

En su libro habla de cómo los nazis intentaron arrebatarle su identidad y de cómo consiguió recuperarla. Hubo muchos supervivientes, niños incluidos, que después de la liberación se preguntaron por qué habían sobrevivido. Los habían reducido a números. Los niños se convertían en animales, ni siquiera sabían comer en condiciones —usaban las manos— ni bañarse. Algunos, incluidos algunos de los chicos, no sabían por qué vivían, ni para qué, y perdieron las ganas de vivir. Algunos de los niños murieron en Buchenwald tras la liberación por pura desesperación. 

Decidió compartir su experiencia al conocer que había un profesor que aseguraba a sus alumnos que el Holocausto era un invento. 

No podemos olvidar, y no solo el Holocausto, sino todos los genocidios. Debemos recordar que el odio forma todo un espectro, y en uno de los extremos están los genocidios. Así que debemos comprender hasta dónde nos puede llevar el odio como seres humanos, qué somos capaces de hacerles a los demás, para poder evitarlo. Podemos elegir el amor, la tolerancia, la comprensión, el interés por las historias de los demás.

A pesar de las promesas del «nunca más» por parte de militares y líderes políticos al final de la Segunda Guerra Mundial, hemos vivido genocidios desde entonces —Camboya, Bosnia, Ruanda y los yazidíes en Irak, por ejemplo—, y las limpiezas étnicas siguen siendo algo habitual.

Hoy día hay niños y jóvenes que desconocen el Holocausto. El mundo debe aprender a prevenir que se repitan los mismos errores.

Nunca debemos perder la esperanza. Si la perdemos, morimos.

UN AÑO A CORAZÓN ABIERTO

Publicado por Lucky en 17:00 0 comentarios

El indispensable relato del epidemiólogo que se enfrentó a las autoridades

El 13 de marzo de 2020 se anunciaba un confinamiento domiciliario a causa de una pandemia mundial que ha cambiado nuestras vidas. Oriol Mitjà, asesor de la OMS y científico del Consejo Europeo de Investigación especializado en estrategias para combatir las enfermedades infecciosas relacionadas con la pobreza, venía alertando desde febrero de los peligros de una enfermedad, la COVID-19, que se convertiría en la primera causa de muerte en España. 

En este libro, Mitjà, que se enfrentó en numerosas ocasiones a las distintas autoridades políticas por su gestión de la crisis sanitaria más importante en décadas, nos habla de sus orígenes, de cómo surgió su vocación, de su experiencia pionera en la lucha contra el pian en Papúa Nueva Guinea, de las investigaciones de vanguardia frente al coronavirus en las que ha participado y de sus dificultades para conseguir que los criterios científicos fueran adoptados por unos gobiernos superados por las circunstancias.

Un libro imprescindible para entender los claroscuros de la gestión de la pandemia de la mano del epidemiólogo más crítico que ha batallado contra la COVID-19 en España.

 

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