martes, 13 de febrero de 2018

LA AGENTE NAZI EVA PERÓN Y EL TESORO DE HITLER

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Un recorrido por las relaciones entre Juan Domingo Perón, Eva Duarte y el nazismo alemán tras la derrota, avalado por las investigaciones que mandó a realizar Hoover al frente del FBI.

Con la debacle nazi consumada, el tablero de la política internacional comienza a reacomodarse. Mientras Adolf Hitler, en el exilio, pierde fuerza e influencia, Juan Domingo Perón -alentado por las circunstancias- se propone erigir a la Argentina como una nación rectora de Sudamérica, tomando la posta de la derrotada Alemania e intentando replicar su ímpetu expansionista en la región.

¿Cómo pretende Perón financiar sus planes de dominación? Mediante el expolio de las millonarias fortunas que fueron secuestradas por el nacionalsocialismo alemán y pacientemente trasladadas hasta Buenos Aires. Su mayor obstáculo será nadie menos que su propia esposa, Eva Duarte, quien pondrá en acción sus poderosas conexiones para salvaguardar esos tesoros.

La agente nazi Eva Perón y el tesoro de Hitler nace del trabajo de investigación y consulta de cientos de documentos desclasificados -entre ellos, los de las pesquisas que mandó a hacer John Edgar Hoover cuando se encontraba al frente del FBI-, sobre los cuales el historiador Marcelo García construye una irresistible tesis destinada a entrelazar la inesperada y atrapante trama internacional de acuerdos y traiciones entre la Alemania nazi y la Argentina de Perón.

El resultado de este enorme trabajo es un libro que revisa uno de los misterios más magnéticos del peronismo desde una perspectiva nueva: la de los conflictos de intereses entre sus dos más grandes figuras.

EL DÍA EN QUE CHARLY SALTÓ (Y OTRAS CRÓNICAS SALVAJES DEL ROCK)

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El periodista argentino de mil y una batallas en el rock local, Carlos Polimeni, comparte historias jamás reveladas sobre Gustavo Cerati, Charly García, Luis Alberto Spinetta, Fito Páez y varios más.

Nadie mejor que el propio Carlos Polimeni —periodista argentino de mil y una batallas en el rock local— para describir su nuevo libro de crónicas, en el que comparte historias jamás reveladas al mismo tiempo que las interpreta, con coprotagonistas tan célebres, polémicos y divertidos como Gustavo Cerati, Charly García, Luis Alberto Spinetta, Fito Páez y varios más. 

“Nadie me narró las historias que cuento en este libro. Permanecieron guardadas durante mucho tiempo —para que añejaran bien—. Cuento por primera vez anécdotas y situaciones que en su momento preferí preservar y hoy tienen otra trascendencia. Espero que ayuden a comprender la psicología de un grupo de grandes artistas de la cultura contemporánea argentina.” C. P.

CAZADORES DE NAZIS

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Han pasado más de setenta años desde el fin de la Segunda Guerra Mundial y la era de los cazadores de nazis está llegando a su fin de forma natural. Ahora es el momento de contar la historia completa de los hombres y mujeres que han dedicado su vida a seguirles el rastro a los asesinos del Tercer Reich. Un rastro que ha recorrido el mundo entero, con frecuentes paradas en Sudamérica, donde parte de los criminales más conspicuos encontraron refugio en la posguerra. 

La historia empieza con los primeros juicios de Núremberg, recorre los procesos al comandante de Auschwitz Rudolf Höss, a `la perra de Buchenwald` Ilse Koch o al científico Arthur Rudolph, pasando por casos más dignos de una novela como el de la muerte del aviador Herbert Cukurs a cargo de un escuadrón del Mosad o la larga y accidentada búsqueda de Joseph Mengele, `el Ángel de la Muerte` de Auschwitz. ¿Justicia o venganza? La historia de los cazadores de nazis se ha debatido siempre entre estos dos polos. Y los perfiles de Simon Wiesenthal o del matrimonio Klarsfeld, junto a los de los jueces más destacados de estos grandes procesos, cuentan una historia a menudo intensamente personal, sin precedentes en los anales de la humanidad, y que cambiaría para siempre nuestra idea del bien y del mal.

Si nos atenemos al número de condenados, es la crónica de un fracaso. Fue un crimen enorme, el mayor que se haya visto jamás. Era imposible condenar a tantos perpetradores. No hacía falta ir a la jungla a buscar nazis, bastaba con abrir el listín de teléfonos de Colonia. Ciertamente, las cifras de éxitos pueden parecer desoladoras. Por ejemplo, de los 3.000 miembros de los Einsatzgruppen de los que Ferencz tenía datos incriminatorios, solo cuatro fueron ejecutados. Pero bueno, ahí está el comandante de Auschwitz, Rudolph Höss, atrapado y ahorcado, y además después de conseguir que hiciera algo tan importante como escribir sus memorias, uno de los testimonios más claros sobre el genocidio nazi; y están Eichmann, Barbie…

Mengele, que realizó experimentos humanos en Auschwitz y tenía esa obsesión por los gemelos, era quizá más directamente monstruoso, pero Eichmann era el mismísimo engranaje del exterminio. El hombre que podía explicar ante el mundo cómo se había organizado el Holocausto. La captura de Eichmann hizo que Mengele pusiera pies en polvorosa. Al menos ya nunca se sintió a salvo.


LOS CAZADORES

FRITZ BAUER (1903-1968): Juez y fiscal alemán. Miembro de una familia judía no practicante, Bauer pasó la mayor parte de la era nazi exiliado en Dinamarca y Suecia. Al volver a Alemania después de la guerra, su ayuda fue clave para que los israelíes lograran capturar a Adolf Eichmann. En la década de 1960, fue el máximo impulsor del juicio por los crímenes de Auschwitz, que tuvo lugar en Frankfurt.

WILLIAM DENSON (1913-1998): Fue el fiscal jefe del ejército de Estados Unidos en los procesos de posguerra de Dachau, donde se juzgaba a los responsables de los campos de Dachau, Mauthausen, Buchenwald y Flossenbürg. Llevó ante el tribunal a ciento setenta y siete personas y consiguió que todas ellas fueran declaradas culpables. Noventa y siete acabaron en la horca. Sin embargo, hubo bastante polémica sobre su forma de llevar algunos de estos casos.

RAFI EITAN (1926): Uno de los dos agentes del Mosad que dirigían el comando que secuestró a Adolf Eichmann en los alrededores de su casa de Buenos Aires el 11 de mayo de 1960.
BENJAMIN FERENCZ (1920): A los veintisiete años, Ferencz ejerció de fiscal jefe en lo que la Associated Press llamó “el mayor juicio por asesinato de la historia”: el juicio de Núremberg a los jefes de los Einsatzgruppen, los comandos especiales que se encargaban de las matanzas de judíos, gitanos y otros “enemigos” civiles en el frente oriental antes de que se empezaran a realizar en las cámaras de gas de los campos de concentración. Los veintidós acusados fueron condenados y a trece se les impuso la pena capital. Varias de estas sentencias se redujeron más adelante y al final solo cuatro de ellos acabaron en la horca.

TUVIA FRIEDMAN (1922-2011): Judío, polaco y superviviente del Holocausto,Friedman formó parte de las fuerzas de seguridad del régimen comunista en la Polonia de posguerra, lo que le permitió ajustar cuentas con los soldados alemanes en cautividad y con cualquiera que hubiera colaborado con los invasores. Posteriormente, fundó el Centro de Documentación de Viena, reuniendo pruebas para ayudar a encarcelar a oficiales de la SS y a otros responsables de crímenes de guerra. En 1952, cerró el centro y se mudó a Israel, donde siguió la búsqueda de Eichmann y otros criminales de guerra.

ISSER HAREL (1912-2003): Jefe del comando del Mosad que consiguió llevar a cabo el secuestro de Eichmann en Buenos Aires en 1960 y su posterior traslado a Israel en un vuelo especial de El Al, las líneas aéreas israelíes, lo que hizo posible el juicio y posterior ejecución de Eichmann en Jerusalén.

ELIZABETH HOLTZMAN (1941): Cuando se convirtió en congresista, en 1973, esta demócrata de Brooklyn no dudó en ponerse manos a la obra e investigar las acusaciones de que muchos supuestos criminales de guerra estaban viviendo
tan tranquilos en Estados Unidos. Como miembro del subcomité de inmigración del Congreso y más tarde como presidenta del mismo, peleó por la creación de una Oficina de Investigaciones Especiales (OSI, en sus siglas en inglés) dependiente del departamento de Justicia, lo que acabó consiguiendo en 1979. A lo largo de los siguientes años, la OSI se encargó de encontrar, y deportar a varios criminales de guerra nazis tras despojarlos de la nacionalidad.

BEATE KLARSFELD (1939): Temeraria incorregible, Beate era la cara más visible del dúo franco-alemán de cazadores de nazis que formaba con su marido. Su padre formó parte de la Wehrmacht y ella apenas fue consciente del legado del Tercer Reich hasta que se fue a vivir a París para trabajar como au pair y conoció a su futuro marido, Serge Klarsfeld. En 1968, se hizo famosa por abofetear al canciller de Alemania occidental, Kurt Georg Kiesinger, exmiembro del partido nazi. Junto a Serge, persiguió y enfrentó a los culpables de deportar judíos y de otros crímenes en la Francia ocupada.

SERGE KLARSFELD (1935): Nació en el seno de una familia de judíos rumanos que se mudaron pronto a Francia. Solo en el plano personal, ya le sobraban los motivos para investigar, perseguir y publicar los nombres de los jefes nazis que habían sido responsables de las deportaciones y las muertes de los judíos franceses, pues su padre había muerto en Auschwitz. Meticulosamente, fue reuniendo todo tipo de pruebas incriminatorias contra estos exnazis y no dudó en hacerlas públicas. Al igual que su esposa, Beate, no tenía miedo alguno a enfrentarse directamente con ellos, a pesar de los riesgos.

ELI ROSENBLAUM (1955): Empezó en la oficina de Investigaciones Especiales del departamento de Justicia estadounidense como becario y de 1995 a 2010 fue su director. Es la persona que más tiempo ha permanecido en el cargo. En 1986, en su condición de consejero general del Congreso Judío Mundial, lideró la campaña contra el antiguo secretario general de las Naciones Unidas, Kurt Waldheim, por entonces candidato a la presidencia de Austria. Esta decisión derivó en un amargo enfrentamiento con el hombre que había sido para él un ídolo, Simon Wiesenthal.

ALLAN RYAN (1945): De 1980 a 1983, ejerció de director de la oficina de Investigaciones Especiales del departamento de Justicia, liderando esta nueva unidad en sus primeras batallas para identificar a los criminales de guerra nazis y quitarles la nacionalidad estadounidense.

JAN SEHN (1909-1965): Juez e investigador polaco, se crio en una familia de origen alemán. Fue el primero en elaborar un relato detallado de la historia y la operativa de Auschwitz. También se encargó del interrogatorio de Rudolf Höss, el director de dicho campo durante buena parte de la guerra, convenciéndole de que escribiera sus memorias antes de que lo ahorcaran, en 1947. También ayudó a su homólogo Fritz Bauer, declarando como testigo en el proceso de Auschwitz llevado a cabo en Frankfurt durante la década de 1960.

SIMON WIESENTHAL (1908-2005): Nacido en un pequeño pueblo de la Galicia polaca, sobrevivió a Mauthausen y a otras tragedias y se convirtió en el cazador de nazis más famoso, creando su propio Centro de Documentación en Viena. Aunque nadie pone en duda sus méritos a la hora de perseguir y atrapar a grandes criminales de guerra a menudo se le ha acusado de exagerar sus logros y su papel en determinadas operaciones como, por ejemplo, la caza de Eichmann. También se enfrentó al Congreso Judío Mundial con motivo de la polémica en torno a Kurt Waldheim.

EFRAIM ZUROFF (1948): Fundador y director de la sede del Centro Simon Wiesenthal en Jerusalén, Zuroff nació en Brooklyn pero se trasladó a Israel en 1970. Se le considera el último cazador de nazis, siendo responsable de varias y muy polémicas campañas de publicidad para localizar y poner a disposición de la justicia a los guardias de los campos de concentración que aún siguen con vida.


LOS PERSEGUIDOS

KLAUS BARBIE (1913-1991): Conocido como “el carnicero de Lyon”, ejerció de jefe de la Gestapo en dicha ciudad francesa y fue el responsable de miles de muertes, además de torturar personalmente a incontables víctimas. Entre estas destacan Jean Moulin, el héroe de la resistencia francesa, y los cuarenta y cuatro niños judíos que vivían protegidos en el pueblecito de Izieu y que fallecieron en Auschwitz. Los Klarsfeld siguieron el rastro de Barbie hasta Bolivia, librando una larga batalla para conseguir su extradición a Francia, donde por fin fue juzgado y condenado a cadena perpetua en 1987. Murió en prisión cuatro años más tarde.

MARTIN BORMANN (1900-1945): Secretario personal de Hitler y líder de la cancillería del partido nazi, desapareció del búnker de Hitler en Berlín después de que su jefe se suicidara el 30 de abril de 1945. Algunas fuentes apuntaban a que había muerto o se había suicidado a las pocas horas,mientras otros rumores igual de insistentes señalaban que había huido de la capital alemana. Hubo incluso quien aseguró haberlo visto, en persona o en fotografía, en Sudamérica y Dinamarca. En 1972, se encontraron sus supuestos restos mortales en el solar de una obra en Berlín. La prueba de ADN confirmó su identidad en 1998, llegándose a la conclusión de que había muerto el 2 de mayo de 1945.

HERMINE BRAUNSTEINER (1919-1999): Ejerció de guardia en los campos de concentración de Majdanek y Ravensbrück, donde se ganó el apodo de Kobyla –“yegua”, en polaco– por su costumbre de patear sin piedad a las prisioneras. En 1964, Simon Wiesenthal descubrió que después de la guerra se había casado con un estadounidense y que residía en el barrio neoyorquino de Queens. Le pasó entonces la pista a The New York Times, cuyo posterior artículo dio el pistoletazo a una larga batalla legal que, después de varios años, la despojó de la nacionalidad estadounidense. Una vez enviada de vuelta a Alemania occidental, fue condenada a cadena perpetua, aunque por motivos de salud pudo salir de prisión en 1996. Murió en una residencia de ancianos tres años más tarde.

HERBERT CUKURS (1900-1965): Aviador letón de cierta fama ya antes de la Segunda Guerra Mundial, durante la ocupación alemana recibió el apodo de “Verdugo de Riga”. Se le considera responsable de la muerte de unos treinta mil judíos. Al terminar la guerra se asentó en São Paulo, Brasil, donde siguió volando en su propio aeroplano y dirigiendo un puerto deportivo. El Mosad lo engañó para que viajara a Montevideo, Uruguay, el 23 de febrero de 1965, donde sus agentes lo asesinaron. Este es el único caso, que conozcamos, en el que la agencia israelí decidió asesinar a un criminal de guerra prófugo.

JOHN DEMJANUK (1920-2012): Desde la década de 1970 hasta su muerte en 2012, fue el protagonista de una de las batallas legales más complejas de toda la posguerra, que tuvo como escenario Estados Unidos, Israel y Alemania. Este mecánico de Cleveland, ya jubilado, había trabajado en su momento como guardia de seguridad en un campo de exterminio, pero no era, como se pensó en un principio, “Iván el terrible”, el guardia de Treblinka que se hiciera desgraciadamente famoso por sus atrocidades. En 2011, un tribunal alemán lo declaró culpable por sus años como guardia en Sobibor y murió menos de un año después. Su caso sirvió como ejemplo de los problemas de la justicia alemana para procesar a los cada vez menos presuntos criminales de guerra que aún quedaban vivos.

ADOLF EICHMANN (1906-1962): Uno de los artífices del Holocausto, organizó las deportaciones en masa de judíos a Auschwitz y a otros campos de concentración. El 11 de mayo de 1960 unos agentes del Mosad lo secuestraron en Buenos Aires. Juzgado y condenado a muerte en Jerusalén, falleció en la horca el 31 de mayo de 1962. Todo su caso generó multitud de titulares y polémica, incluyendo un apasionado debate acerca de “la
banalidad del mal”.

ARIBERT HEIM (1914-1992): Apodado “Doctor Muerte” por sus horripilantes prácticas criminales cuando trabajaba como médico en Mauthausen, desapareció en cuanto acabó la guerra y se le ha estado buscando hasta hace pocos años, mediante campañas públicas. En medio se cruzó todo tipo de información confusa al respecto, como que se le había visto en Latinoamérica o que lo habían asesinado en California. En realidad, como The New York Times y la cadena alemana de televisión ZDF demostraron en 2009, Heim había encontrado refugio en El Cairo, se había convertido al islam y había adoptado el nombre de Tarek Hussein Farid. Murió allí en 1992.

RUDOLF HöSS (1900-1947): Fue quien más años pasó como comandante en jefe de Auschwitz. En 1946, los británicos lo capturaron y declaró como testigo en los juicios de Núremberg, tras los cuales lo enviaron a Polonia para que lo juzgaran. Jan Sehn, el juez de instrucción polaco, lo convenció para que escribiera su autobiografía antes de morir en la horca. Su escalofriante descripción de los medios consagrados a “mejorar” la maquinaria de muerte sigue constituyendo uno de los testimonios más estremecedores en la vasta literatura sobre el Holocausto.

ILSE KOCH (1906-1967): Viuda del primer comandante del campo de Buchenwald, duranteel juicio al que la sometió el ejército estadounidense en Dachau se la llamó “la perra de Buchenwald” debido a los escabrosos testimonios de cómo jugaba sexualmente con los prisioneros antes de golpearlos y asesinarlos. Estos testimonios, junto a la sospecha de que fabricaba pantallas para lámparas con la piel de dichos prisioneros, hicieron de su juicio el más aireado de la posguerra. La condenaron a cadena perpetua, pero el general Lucius D. Clay le redujo la pena a solo dos años. No obstante, en 1951, un tribunal alemán volvió a condenarla de por vida y se suicidó en la cárcel en 1967.

KURT LISCHKA (1909-1989), HERBERT HAGEN (1913-1999) y ERNST HEINRICHSOHN (1920-1994): Estos tres oficiales de la SS fueron el objetivo de Serge y Beate Klarsfeld por su papel en la deportación de judíos de Francia durante la guerra. Los tres vivieron tranquilamente en Alemania occidental hasta los años 70, cuando los cazadores de nazis organizaron una campaña para enfrentarse a ellos, llegando a planificar el secuestro frustrado de Lischka. El 11 de febrero de 1980, un tribunal de Colonia los declaró cómplices de la deportación y la muerte de los cincuenta mil judíos que habían partido de Francia. Sus condenas oscilaron entre los seis y los doce años de prisión.

JOSEF MENGELE (1911-1979): Miembro de la SS, ejerció de médico en Auschwitz, donde se le conocía como “El ángel de la muerte” por la crueldad de sus experimentos médicos con los prisioneros, sobre todo los hermanos gemelos. También era el encargado de decidir quién debía ir directamente a las cámaras de gas. La búsqueda de Mengele, que había huido a Sudamérica, continuó incluso después de su muerte. Se ahogó mientras se bañaba en una playa brasileña en 1979, pero sus familiares lo guardaron en secreto hasta que se descubrieron sus restos en 1985.

ERICH PRIEBKE (1913-2013): Este capitán de la SS había organizado la ejecución de trescientos treinta y cinco hombres y niños, entre ellos setenta y cinco judíos, en las Fosas Ardeatinas, cerca de Roma, el 24 de marzo de 1944, como represalia por el asesinato de treinta y tres soldados alemanes. Después de la guerra, disfrutó de una vida cómoda en la ciudad balneario de San Carlos de Bariloche, en Argentina. Pero en 1994, un equipo de ABC News dio con él y el reportero Sam Donaldson le hizo unas preguntas en la calle.
Consecuencia: Argentina lo extraditó a Italia en 1995, donde lo condenaron a cadena perpetua en 1998. Debido a su avanzada edad, se le mantuvo en arresto domiciliario hasta su muerte en 2013.

OTTO REMER (1912-1997): Fue uno de los hombres clave en el fracaso del intento de asesinato de Hitler del 20 de julio de 1944. El comandante Remer era el jefe del batallón de Guardias de la Gran Alemania en Berlín. En un principio, estaba dispuesto a seguir las órdenes de los conspiradores, pero cambió de idea cuando se enteró de que Hitler había sobrevivido y que estaban deteniendo a todos los involucrados en la operación. En 1951, se erigió como líder de un partido de extrema derecha de la Alemania occidental y calificó a los conspiradores de “traidores”. Fritz Bauer lo acusó de difamación en 1952, en un intento de demostrar que en realidad aquellos hombres fueron verdaderos patriotas. Lo condenaron a tres meses y su partido quedó al margen de la ley, por lo que huyó a Egipto. Volvió a Alemania occidental en los años 80, al beneficiarse de una amnistía, y retomó su actividad al frente de la extrema derecha. Tras ser acusado nuevamente de incitación al odio y al racismo, se trasladó a España en 1994, donde murió tres años más tarde.

ARTHUR RUDOLPH (1906-1996): Formó parte del equipo de ingenieros aeronáuticos alemanes que se exiliaron a Estados Unidos después de la Segunda Guerra Mundial, y desarrolló el cohete Saturno V, que mandó a los primeros astronautas a la luna. Sin embargo, tras conocerse que había hecho trabajar hasta la muerte a miles de prisioneros en la fabricación de cohetes V-2 durante la guerra, Eli Rosenbaum, de la Oficina de Investigaciones Especiales del departamento de Justicia, lo presionó para que renunciara a la nacionalidad estadounidense y abandonara el país en 1984. Murió en Hamburgo.

KURT WALDHEIM (1918-2007): Cuando el antiguo secretario general de las Naciones Unidasdecidió presentarse a las elecciones presidenciales austriacas de 1986 y se convirtió en el principal favorito, aparecieron nuevas pruebas de que había ocultado un capítulo significativo de sus tareas durante la guerra: su trabajo en los Balcanes a las órdenes del general Alexander Löhr, que fue juzgado y ahorcado en Yugoslavia como criminal de guerra más adelante. El Congreso Judío Mundial se embarcó en una intensa campaña contra Waldheim pero aun así este acabó siendo elegido para el puesto. Simon Wiesenthal culpó al CJM de la reacción antisemita que provocó todo el asunto Waldheim, poniendo en evidencia los desacuerdos entre los
distintos cazadores de nazis.

EVITA. UNA VIDA APASIONADA

Publicado por Lucky en 10:59 0 comentarios
Evita es la historia de Eva Perón, la antigua Primera Dama de Argentina, contada en primera persona. Comienza con el día de su muerte, el 26 de julio, 1952, Eva nos cuenta su propia historia. 

Aunque sea una obra de ficción, Evita se basa en una gran cantidad de documentos históricos sobre Evita, su marido y los que les rodeaban. 

Puede ser una obra controvertida: los que aman a Evita pueden sentirse ofendidos al ver que mucha gente en su vida la trató como una prostituta, y los que la odien, posiblemente no queden satisfechos al ver el lado más humano de Evita. 

Evita vive fue escrita en las calles de Buenos Aires a lo largo de muchos años, y en esta obra, Evita vive otra vez.
 

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