
Pero a Mia no le preocupa, porque sabe que el amor que siente por Pete será duradero. La experiencia le dicta que las relaciones requieren de un esfuerzo y un cuidado diario; este es el secreto para que una relación adulta funcione.
Pero una noche, de camino al baño, encuentra el teléfono de Pete y lee un mensaje de texto que le deja la sangre helada: todo apunta a que tiene una amante.
Mia tendrá que ponerse seria y sacar todas sus armas de mujer, incluso algunas que ni tan siquiera sabía que tenía.
Después de todo, su felicidad está en juego, ¿no?