La autora, periodista, escritora y psicóloga, reúne en este libro sus tres facetas profesionales. La obra es el fruto de una serie de televisión del mismo nombre, que se emitirá próximamente y para cuya realización Rosa Montero, junto a un equipo de televisión, ha viajado por Rusia, Alemania, Italia y España.
En su investigación periodística han entrevistado a familiares directos de los dictadores, visitado sus refugios, despachos privados, reconstruyendo la intimidad de los tiranos y sus mujeres contando con la ayuda de reconocidos historiadores internacionales.
De forma breve y clara, la autora realiza un recorrido por las vidas de las mujeres que resultaron claves en las vidas de Stalin, Hitler, Mussolini y Franco, respondiendo a preguntas como estas: ¿cómo era realmente la esposa de Stalin? ¿Por qué se suicidó? ¿Qué hubo de la amante de Mussolini y de Hitler? ¿Qué relación tenía Hilter con Eva Braun? ¿Y Clara Petacci con Mussolini? ¿Qué papel jugó la mujer de Francisco Franco en su vida? ¿Por qué tuvo tanto poder en su vida pública?
Desde esta original perspectiva vamos conociendo los detalles claves de los regímenes tiranos, el poder que ostentaron, el papel jugado por sus mujeres y su influencia en las decisiones que resultaron cruciales en sus regímenes de terror.
- En el capítulo dedicado a Stalin conoceremos a sus esposas y a sus numerosas amantes bolcheviques. Descubriremos cómo estas se adaptaban al papel de meras comparsas, espejos en los que Stalin se miraba para magnificar su imagen, y la vida de sus esposas guardaban inquietantes parecidos con la de un preso político. Todas, excepto una que no se dejó pisar por esta psicópata con un sentido del amor perverso. Conoceremos los detalles de la aterradora intimidad de la relación de las diferentes mujeres con un hombre que “prometió crear un Paraíso en esta tierra y que acabó construyendo un cruel Infierno”.
- La segunda sección tiene como protagonista a Hilter, responsable de uno de los episodios más crueles de la historia de la humanidad. A pesar de que hoy nos parece un personaje estrafalario y ridículo, conoceremos cómo consiguió hipnotizar hasta el fanatismo a millones de personas y ser amado por muchas mujeres. El relato se remonta a su infancia, en la que creció malcriado y mimado por su madre, para pasar a continuación a sus amores de juventud y las relaciones efímeras en sus primeros años en la política. Aunque era un misógino, tenía claro el papel fundamental de las mujeres en la propaganda nazi.
Conoceremos también su pasión obsesiva por una sobrina, un amor platónico y, finalmente, su relación con Eva Braun que nos llevará hasta los últimos días en el búnker. Con estupor descubrimos las claves para intentar comprender cómo dos tipos mediocre, como lo eran Hitler y Eva, transformaron sus sueños disparatados y absurdos “en la más atroz pesadilla de la humanidad”.
- El capítulo de Mussolini sorprende por su gran parecido con otro personaje italiano de la actualidad. No digo más, que cada cual saque sus conclusiones. Un personaje clasista, racista, machista, violento, soez y pendenciero, al que se le cuentan más de 600 mujeres en su vida, y que contó con el beneplácito del pueblo italiano, que aceptó sus excesos con ironía, incluso con envidia. Con horror, volvemos a comprobar cómo un personaje grotesco y ridículo instauró un régimen de terror de trágicas consecuencias.
- Y el libro finaliza con Franco, un personaje diferente a los anteriores en cuanto a su relación con las mujeres. A él no le adoraron las mujeres, “no atrajo admiradoras por su poder, y él mismo jamás demostró ningún deseo de flirtear ni de ser infiel”. Junto a su esposa Doña Carmen, vivió en un ambiente monacal. Descubriremos cómo la esposa de Franco, aunque aparentaba ser una mujer abnegada, callada y hogareña que no se metía en nada, fue el motor de Franco, con su ambición y avaricia intentó hacer a su marido más grande de lo que era, y lo logró.
Dictadoras es un libro ameno destinado a “todos aquellos lectores que saben apreciar las pequeñas historias que se esconden tras los retratos oficiales que la Historia nos impone”.