NO ABRAS LOS OJOS. Hay algo ahí fuera. Algo espantoso, que hace que la gente enloquezca y se suicide ante su sola visión. Nadie sabe qué es ni de dónde viene.
Cinco años después de que diera comienzo la pesadilla, los pocos supervivientes que quedan viven refugiados en el interior de casas y edificios, protegidos por puertas cerradas y ventanas con las cortinas echadas. Malorie, que ha conseguido sobrevivir en una casa abandonada junto a sus dos hijos, decide abandonar la seguridad de su refugio para emprender un viaje por el río hacia un lugar mejor. En esta peligrosa odisea a ciegas, Malorie sólo podrá confiar en su instinto y en el entrenado oído de los niños, que no tardarán en descubrir que algo los sigue.
Pero, ¿qué es? Inmersa en la oscuridad, rodeada de sonidos, familiares unos, estremecedores otros, Malorie se embarca en una tremenda odisea; un viaje que le llevará a un mundo sin visión y de vuelta a su pasado. En un mundo que ha enloquecido, ¿se puede confiar en alguien?
Netflix se ha basado en esta historia para su nueva película Bird Box, protagonizada por Sarah Paulson y Sandra Bullock. (estreno 21/12/2018).
A Ciegas es un libro que te mantiene durante sus 284 páginas leyendo sin parar en busca de la respuesta a las dos preguntas principales que plantea, y en menor medida a una pregunta secundaria.
El libro entrelaza dos partes de la misma historia: el pasado de la protagonista Malorie sobre cómo llegó a esa casa al cuidado de esos niños, y la búsqueda de libertad de la Malorie actual. Como decía el propio Josh Malerman, una idea simple y sencilla, pero relatada de un modo que nos transmite mucho mientras vamos leyendo. E incluyendo una breve visión de cómo las miserias humanas acaban abriendo fractura en un grupo de personas.
Josh Malerman consigue que empaticemos totalmente con Malorie, con sus compañeros de refugio. Consigue que nos planteemos lo dependientes que somos de la vista y el infierno que viviríamos si tuviéramos que prescindir de ella. Preguntaros si no, ¿cómo irías al supermercado si no pudieras ver? Y para los más listos: sin estar entrenados para ello y sabiendo que hay algo que nos matará si abrimos los ojos. Es más, una vez allí ¿cómo sabríamos volver a nuestra casa exacta?
Y esto nos lleva nuevamente ante esas preguntas esenciales que plantea este libro. Porque son precisamente esas preguntas las que convierten a este libro en un imán para los lectores de terror / suspense, pero también son su mayor pero.
¿Qué ha hecho que la gente no pueda abrir los ojos?
¿Saldrá Malorie de esta?
Y en menor medida
¿Qué sucedió en el refugio?
Esas preguntas clave están muy bien lanzadas, tanto, que el lector se sentirá obligado a seguir leyendo para poder haya las respuestas. Sin embargo, una de ellas quedará sin responder, o al menos, parcialmente no respondida. Y ese es, amigos míos, mi gran dilema.
Me ha encantado el libro, lo he devorado, me ha gustado también el final de la historia pero… ¿dónde está esa píldora de información que terminaría de cerrar el círculo?