La mayor parte de las muertes o desapariciones que datan de ese periodo en México, fueron cometidas fuera de combate, por militares o agentes gubernamentales, contra guerrilleros desarmados, inmovilizados, en cautiverio, y contra personas que muchas veces no tenían nada qué ver con los combatientes, sino que fueron afectadas por ser familiares o vecinos de los activistas, o simplemente por estar en el lugar equivocado.
A esta represión ilegal e inhumana se le ha dado en llamar guerra sucia.