Aparentemente, Thomas es el caballero perfecto, tan perfecto que llega a ser incluso aburrido y Merie, que no sabe qué siente exactamente por él, no tiene seguro si hace bien casándose con él o no... Pero es el mejor partido con el que se ha encontrado y, además, es el deseo de su padre y ella lo quiere tanto, que no desea contradecirle... Pero en la fiesta en el que se hace público y oficial su compromiso con él, aparece un joven invitado que despierta en ella sentimientos nuevos que la dejan confusa.

Al final, ambos no pueden evitar enamorarse y sucumbir al deseo. Es así como Merie se da cuenta que no puede mantener la farsa con Thomas y decide romper con él... Y tras la discusión que ambos mantienen, además de Merie descubrir que su ex-prometido tampoco era lo que parecía, al igual que James -cosa que descubre al poco de conocerlo y aún así lo acepta-, la pobre jovencita se verá envuelta en más de un problema donde el único que puede ayudarla es James.