viernes, 19 de enero de 2018

SISI, EMPERATRIZ REBELDE

Publicado por Lucky en 19:00 0 comentarios

Elizabeth de Baviera pasó de convertirse en una ninfa de un cuento de hadas a la sombra de su propia identidad. La joven hermosa y radiante que se había casado décadas atrás con su príncipe azul, es ahora una mujer atormentada por un destino que no le pertenece. Una dama errante que busca desesperadamente su lugar en el mundo; que ansía encontrar algún día un hogar en el que poder ser feliz.




Sissi, emperatriz rebelde es la segunda parte de la historia novelada de una de las emperatrices más conocidas de todos los tiempos. Dos libros magníficos que nos acercan a la personalidad de una mujer atormentada por una existencia en la que se vio atrapada desde su matrimonio con el emperador Francisco José de Habsburgo.


En Sissi, emperatriz rebelde nos adentramos en los últimos años de una mujer que ha madurado, una emperatriz que ha dejado atrás los sueños de juventud y lucha a cada momento contra las críticas hirientes y los encorsetados ritmos vitales de la corte de los Habsburgo.

La novela, que arranca en el año 1868, recupera episodios de su vida con sus días felices en Gödölo, su palacio húngaro en el que ve crecer a su hija pequeña, Valeria, la única a la que han permitido criar alejada del protocolo de Viena. Mientras tanto, sus otros dos hijos, Gisela y Rodolfo, viven ajenos al amor de su madre, una mujer de la que los separaron siendo unos niños por la férrea voluntad de la archiduquesa Sofía, una suegra que pretendió desde el primer momento, controlar las vidas de todos los miembros de la dinastía. Como consecuencia, Gisela se convierte en una mujer distante que no tiene problemas en mostrar en público más afecto por su abuela que por su propia madre, mientras que Rodolfo sufre las atrocidades de una rígida pero dudosa educación. Terriblemente realista es la recreación que hace la autora de una infancia atormentada a la que someten a un niño que terminará convirtiéndose en un adulto angustiado y problemático.






Entre sus muchos problemas, Sissí debe hacer frente, también, a los trágicos destinos de sus hermanas. Nené, viuda de manera prematura, María Sofía, desterrada de su propio reino por un rey al que ella, como emperatriz, deberá recibir en palacio, o Sofía Carlota, una niña soñadora prometida con su primo Luis. Este es uno de los capítulos que más me ha conmovido de la novela, en el que Sissí se reencuentra con su compañero de juegos de la infancia en el imponente castillo de Neuschwanstein. Sissí seguirá con angustia y tristeza el trágico destino del que la historia pasó a llamarlo como “El rey loco”. 



Sissí pasó buena parte de su vida viajando, en una búsqueda  incansable de su lugar en el mundo. En uno de aquellos viajes descubrió una pequeña chispa de felicidad. Fue en Inglaterra, donde junto a un caballero llamado Bay Middlenton y un grupo de aristócratas que reciben a la emperatriz con sincera calidez, recobró la alegría de vivir. Algo que contrasta con el frío encuentro que tuvo Sissí con una imponente y anciana Reina Victoria a la que los largos tentáculos del protocolo de los Habsburgo obligaron a conocer. Y es que Sissí odiaba todo lo que tuviera que ver con la corte, la etiqueta y toda aquella escenificación de algo que no parecía real, de normas absurdas como tener que esperar a que el emperador hablara antes de que nadie se atreviera a tomar la palabra o terminar de comer en cuanto el regio soberano dejaba su tenedor en la mesa. 

A lo largo de sus casi 500 páginas, el libro es también un retrato de un imperio en decadencia que aún tuvo sus pequeños momentos de gloria como la fastuosa Exposición Universal de 1873 que la autora nos relata con todo lujo de detalles. Pero Europa se resquebrajaba peligrosamente ante la incrédula mirada de reyes, zares y emperadores que insistían en no modificar ni un ápice sus políticas. 

Sissi, emperatriz rebelde nos descubre un imperio que vive sus últimos años de existencia mientras nos acerca a los lugares más íntimos de los palacios reales como Hofburg o Schonbrunn, donde una mujer lucha por mantener una compostura que a menudo se resquebraja. Un libro intimista en muchos momentos, nos acerca a los sentimientos de una mujer que antes que emperatriz fue madre, esposa, hija. Una mujer que no quiso, y quizá por eso nadie en su círculo la entendió, poner por delante la institución. Una batalla que, seguramente sabía, tenía perdida. Solamente unos pocos llegaron a entenderla, como el conde Andrassy con quien mantuvo una estrecha relación de amistad que los estrictos límites del deber impidieron convertir en algo más. Conmovedoras son las escenas de cariño entre aquellos dos seres que se amaron sinceramente. 


En el libro hay también espacio para temas más frívolos como los peinados o los vestidos que nos ayudan a dibujar el ambiente suntuoso en el que vivió la emperatriz Elisabeth de Baviera. La autora hace además hermosas descripciones de los lugares por los que vagó la emperatriz.


Igual que hizo en Sissi, emperatriz accidental, la autora incorpora al principio de los capítulos, un hecho hacia el que la narración discurre inexorablemente. En este caso, hacia el asesinato de la propia emperatriz, en 1898. 


La autora hace una radiografía de aquellos personajes históricos que hemos visto una y mil veces en los retratos que los pintores de corte nos dejaron para la posteridad. Retratos que escondían seres de carne y hueso. Hombres y mujeres que se enfrentaron a sus miedos y que sufrieron como cualquiera. Aunque unos supieron ocultarlos más que otros.


Allison Pataki recrea los últimos 30 años de Sissi de manera deliciosa, convirtiendo a la mujer hermosa de los cuadros en un ser de carne y hueso. 
 

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