
Sin embargo, Epérito se aburre ante la continua calma y desea volver a sentir la euforia de la batalla.
Cuando la flota de Agamenón aparece en el horizonte, Ulises comprende que el tiempo de la paz ha llegado a su fin y la guerra tendrá un nuevo aliento. Helena de Esparta ha sido raptada por un joven troyano y Grecia tiembla.
Ulises tendrá que convencer al joven Aquiles para que se una a las tropas que tomarán la ciudad de Troya, pues sin su ayuda, las puertas de esta ciudad nunca caerán.