martes, 7 de marzo de 2017

LOS NIÑOS DE IRENA

Publicado por Lucky en 21:22 0 comentarios
En 1942, a una joven trabajadora social, Irena Sendler, se le concedió acceso al gueto de Varsovia como especialista en salud pública. Una vez dentro, fue de puerta en puerta para rescatar a los niños de las familias judías atrapadas en el gueto. Empezó a sacarlos a escondidas del distrito amurallado, convenciendo a sus amigos y vecinos de que los ocultaran en sus casas. Impulsada a tomar medidas extremas y con la ayuda de una red de comerciantes locales, residentes del gueto y su amante, perteneciente a la resistencia judía, ella logró salvar a miles de niños de los nazis.

Irena hizo peligrosos viajes a través de las alcantarillas de la ciudad, ocultó a los niños en ataúdes, los colocó bajo abrigos en los puestos de control y los condujo a través de pasadizos secretos en edificios abandonados. Y luego mantuvo listas secretas enterradas en botellas debajo de un viejo manzano en el jardín de la casa de una amiga. En las listas estaban los nombres y las verdaderas identidades de los niños judíos, escritos cuidadosamente con la esperanza de que sus familiares pudieran encontrarlos después de la guerra. Aunque no pudo prever que más del noventa por ciento de estas familias moriría.

La vida de Irena Sendler, sin duda, es mucho más que una muestra de apego a la vida y cariño a los niños: es un gesto deslumbrante de amor a la humanidad.

El relato de Irena es una historia de valentía, pero también de un amor imposible y, por supuesto, de una época histórica tan terrible como real: la Segunda Guerra Mundial.

SOLO NOSOTROS DOS

Publicado por Lucky en 20:33 0 comentarios
Al principio se nos muestra al protagonista, Russell, enterándose de que su esposa Vivian está embarazada. Aunque esto le hace feliz, también le aterra, ya que no llevan mucho tiempo casados y cree que tal vez no estén preparados. Tras ver eso y cómo fue el nacimiento de su hija, damos un salto a la actualidad, en la que la niña ya tiene 5 años y la vida de Russell empieza a tambalearse por problemas en su trabajo. Él tiene un empleo relacionado con la publicidad. y por problemas con su jefe decide que puede ser un buen momento para establecerse por cuenta propia. 

A lo largo de todo el libro, la trama alterna el intento de Russell por triunfar profesionalmente y la distancia emocional que se inicia entre él y Vivian a raíz de que ella comience a trabajar y a mostrar una actitud diferente con él. Que Vivian esté más ocupada y él no, hacen que vaya estrechando su relación con London (su hija). Me pareció interesante ver aquí el cambio de Russell, ya que ocuparse más de su hija como que le abre los ojos y le hace ver que su vida no era tan perfecta. Además, descubre que cuando se tienen problemas, no es fácil contar con cualquiera. 

Russell es un personaje que me resultó simpático desde el primer momento, pues se nota que no hay nada de maldad en él y que tiene un  toque de ingenuidad que me hacía enfadarme con los que se aprovechaban de él, como por ejemplo su esposa. Vivian me resultó antipática desde su primera aparición, ya que me parecía que estaba con Russell por estar, no porque estuviera locamente enamorada de él. Su situación me hizo pensar en esas relaciones en las que las parejas dejan de prestarse atención y no se dan cuenta de que ya no tienen nada en común. Como lectora, lo que más coraje me daba era que, para evitar problemas, Russell nunca quisiera responderle a Vivian cuando ella le acusaba de cosas injustamente o le hacia algunos comentarios ofensivos. 

Respecto a la relación de Russell con su hija, me pareció tierna y, aunque al tener ella solo 5 años tampoco es que tengan grandes conversaciones, es bonito ver la manera en que el cariño entre ambos se va reforzando. Otros personajes importantes son los padres de Russell, su hermana Marge,  Liz (novia de Marge) y Emily(la madre de un amigo de London y antigua pareja de Russell). Mis favoritas fueron Marge y Liz, ya que dicen las cosas claras y saben combinar bien la despreocupación con la seriedad. Todos ellos servirán para que Russell empiece a plantearse la importancia de la familia y la necesidad de tener algún amigo para afrontar los golpes y los éxitos que se tienen en la vida. 

No les voy a mentir, no es un libro de momentos trepidantes ni con grandes giros argumentales, pues es muy fácil deducir qué va a ir sucediendo. La belleza de la historia radica en la capacidad de Sparks para hacer que lo cotidiano se convierta en algo interesante. La narración es muy ágil y no se pierde el tiempo en descripciones inútiles, además, al comienzo de cada capítulo siempre se dedicaba un momento a algún recuerdo de Russell respecto a su pasado (su niñez, situaciones que le marcaron, su primer amor...) y esto siempre resultaba algo que iba a ser importante para entender su actitud en el presente. El motivo por el que le restaré puntuación al libro es porque, aunque la lectura no se hace pesada, sí que me hubiera gustado ver algún sobresalto o algo inesperado y que Russell no fuera tan terco para entender que ciertas cosas se acaban y no hay vuelta atrás. 

Al principio dije que no es una historia romántica y no es que me vaya a contradecir, sencillamente quiero aclarar que hay pequeños momentos de esto, pero no me pareció que fuera lo más importante ni lo que centrara la atención. 

Y debo hablar de la parte final del libro, ya que Sparks demuestra su maestría para describir sentimientos y situaciones de un modo realista pero sin perder la emotividad. Las últimas 70 páginas fueron para mí una debacle emocional. Me intuía lo que iba a suceder, pero eso no impidió que estuviera la mayor parte del tiempo llorando. Hay tanta emoción, tanta ternura y tanto amor en esas páginas que creo que es imposible quedarse indiferente y no darte cuenta de hasta qué punto los personajes han conseguido que conectes con ellos. Sparks es famoso por no hacer finales en los que todo sea perfecto, y a pesar de ello, nunca había llorado tanto como con este libro. 

LA HIJA DEL KREMLIN

Publicado por Lucky en 15:38 0 comentarios

¿Puede alguien vivir una vida normal después de haber vivido en el mismísmo infierno en la tierra? ¿Puede una persona olvidar su pasado cuando por sus venas corre la sangre de uno de los genocidas más terribles de la historia? Svetlana Stalin es una anciana que vive en Estados Unidos. Bajo su nueva identidad como Lana Peters intenta acabar sus días en paz. Cuando conoce a Paul Parker, un abogado que entra en su vida por casualidad, decide revelarle algunos de los secretos que durante años le han estado quemando en el alma. 


El relato se estructura a partir de un personaje actual, el abogado Paul Parker. Parker está casado con Irina, una mujer de origen ruso, y desde siempre ha sentido una atracción especial por todo lo relacionado con la historia de la URSS. A pesar de que se gana la vida en un bufete de abogados, su verdadera pasión es la escritura. Un día, recibe una nota en la que se le pide colaborar en el caso de los derechos de autor de Serguéi Mijáilovich Eisenstein, cineasta soviético que pasaría a la historia por cintas como El acorazado Potemkin. El caso le lleva a viajar desde Los Ángeles hasta Milwaukee donde una anciana Svetlana Allilúyeva acepta entrevistarse con Parker y Kevin Altman, el hombre que le ha mentido en el caso, porque al parecer, la hija de Stalin tiene vinculación con los derechos de Eisenstein. Pero la cuestión del cineasta es sólo la llave para entrar en el verdadero meollo de la novela. Porque cuando Svetlana conoce a Paul, se crea entre ellos una vinculación especial que despierta en la hija de Stalin la necesidad de relatarle la historia de su vida. Y pedirle un importante favor, que se convertirá en algo así como su última voluntad. 



Svetlana junto a su padre y su hermano



A partir de aquí, es la propia Svetlana la que toma las riendas de la narración no sin hacer un gran esfuerzo, no sólo por la edad que tiene, entrando en los ochenta, sino por la dureza de sus recuerdos: 


Aunque ya no puedo caminar más que unos pasos sin agotarme, sin embargo rememoro con todo detalle algunos momentos de hace cincuenta o sesenta años, con la sensación de seguir allí [...]. Y por alguna razón quiero hacerle partícipe de todo aquello antes de marcharme al paraíso, porque como usted comprenderá, tras haber vivido en el infierno ya nada logrará sorprenderme. 

Las palabras de la que fuera hija de uno de los dictadores más crueles y sanguinarios de la historia, nos adentran en la Unión Soviética de las purgas de Stalin, del miedo impregnado en todos los poros del cuerpo, en una Rusia empobrecida y silenciada por terror a acabar en la temida Lubyanka. Y en aquel mundo dramáticamente violento y cruel escondido tras el telón de acero, una niña que sobrevivió a la misteriosa muerte de su madre y a una infancia en el Kremlin, una fortaleza convertida en el centro de un universo que parecía irreal pero que Svetlana vivió y sufrió en sus propias carnes. Ser la hija de Stalin fue una dura herencia para ella, quien no se libraría de la sombra de su padre ni tan siquiera cuando el monstruo falleció. Para ello decidió marchar de Moscú e iniciar una nueva vida. 

Era consciente de que mi época como princesa del Kremlin había acabado. Sentía una profunda vergüenza de haberlo sido y de apellidarme Stalin, heredera y sin quererlo cómplice de todo lo que aquel hombre había hecho y deshecho, transformando a Rusia, Georgia, Bielorussia, Ucrania, Armenia, a todas las repúblicas de la URSS, en lugares sin libertad y sin esperanza. 



Svetlana a su llegada a Nueva York



La búsqueda del amor, su lucha por iniciar una nueva vida en los Estados Unidos primero, en Inglaterra después y su retorno a aquella Rusia de la que había huido para arrancarse de su alma todo el dolor que había vivido, completan la biografía de una mujer atrapada en su propio destino.

Cuando Svetlana concluye su relato, le pide a Paul Parker que viaje a Moscú en busca de unos documentos que escondió horas antes de la muerte de su padre. Empieza entonces el periplo del abogado que sueña con ser escritor por una Rusia que aún tiene muy presente los tiempos del estalinismo. En Moscú hablará con otros protagonistas de aquellos años duros, unos testimonios que terminarán de completar la narración de Svetlana. 

La hija del Kremlin es una novela conmovedora, emocionante, porque nos habla de un tiempo dramático y difícil de olvidar. Un relato que nos recuerda todo lo que el ser humano puede llegar a hacer cuando su mente enloquece en pos de un poder que, como el de Stalin, llegó a ser abrumador. 

CARTAS A UN AMOR PERDIDO

Publicado por Lucky en 15:30 0 comentarios
En una época oscura en la que el mundo se estaba hundiendo en la más profunda de sus miserias, un encuentro fortuito prende la chispa de un amor que durará mucho más que la oscuridad. Ya lo vimos en El amor en los tiempos del cólera o, de forma diferente, en Expiación. Ahora podemos volver a vivir una historia de amor que nace durante la guerra y que sobrevive en el corazón de los amantes, tal es su fuerza: Cartas a un amor perdido, de Iona Grey.

Él prometió amarla para siempre.
Pero para siempre está llegando a su fin.

1943, entre las ruinas de un Londres bombardeado, el piloto americano Dan Rosinski encuentra a Stella Thorne. Es el comienzo de un romance imposible pero imparable. Stella está casada y las probabilidades de que Dan salga vivo de todas sus misiones son de una entre cinco. Su correspondencia les ayuda a aferrarse a lo único en lo que pueden confiar: su amor.

Setenta años después, Dan hace un último intento de encontrar a la mujer a la que nunca ha olvidado y envía una carta al hogar en el que compartieron una fugaz felicidad. Quien la recibe es Jess, una joven que llegó a Londres con sueños de triunfo y, abrumada por los problemas, ha encontrado en la casa abandonada un refugio en el que recuperarse. Las palabras de Dan la arrastran a un secreto que ha durado más de medio siglo y a la búsqueda de la misteriosa Stella. ¿Será el descubrimiento de un antiguo amor perdido el inicio de uno nuevo?

Este es uno de esos libros que se te meten dentro, que te hacen vivir, sentir e imaginar igual que si estuvieras leyendo tu propia historia. Es un libro que obsesiona y cuyos personajes se te clavan para siempre en la memoria y nunca más te abandonan. Las dos líneas temporales te seducen de igual manera y te hacen desear con fuerza que llegue siempre el amor, que llegue, que se quede y que dure para siempre.

La sensibilidad de este libro es una de las claves para que lo amemos. Es tan delicado como una bonita melodía y eso es lo que hace que no puedas parar de leer. Es la primera novela que leo de Iona Grey, pero estaré muy atenta a su trayectoria porque me ha conquistado con Cartas a un amor perdido.
 

CRONICA DE UNA AMANTE DE LOS LIBROS Template by Ipietoon Blogger Template | Gift Idea