Una vida en instantáneas... Grace sabe lo que la gente ve. Ella es la historia de Cenicienta. Un icono del glamour y la elegancia congelados en un deslumbrante Technicolor. La imagen de la perfección. La chica de los guantes blancos. Una mujer en colores vivos... Pero detrás de la lente, más allá de las vistas panorámicas del resplandeciente azul del Mediterráneo, ella sabe la verdad.
Los sacrificios que se requieren para que una chica poco apreciada de Filadelfia desafíe a su familia y se convierta en la reina reinante de la pantalla. Las desgarradoras razones por las que cambia Hollywood por una corona. La soledad de ser una princesa en un reino de cuento de hadas que es demasiado real.
Lo más difícil de comprender para sus adoradores fanáticos y sus leales súbditos es la dura realidad de que ser la mujer más envidiada del mundo no significa que sea la más feliz. Hambrienta de afecto y propósito, frente a un laberinto de expectativas románticas y sociales con más giros y vueltas que las infames y sinuosas carreteras de Mónaco, Grace debe encontrar su propio camino hacia la realización. Pero lo que arriesga –su arte, su familia, su matrimonio– quizá nunca lo recupere.
Maher escribe con una intensidad y un ritmo que te atrapan y te mantienen en el camino de Grace incluso cuando ella se comporta de manera fatalista, y a pesar de que conocemos la historia.
Creo que al principio del libro, Maher se está acostumbrando a escribir y algunas veces sentí que el personaje de Grace no estaba retratado de manera realista. Pero esto cambió bastante rápido y me resultó fácil creer que, de hecho, Grace podría haber pensado y sentido de las maneras descritas.
Por supuesto, nunca lo sabremos del todo, pero han sido horas agradables con Grace en Filadelfia, Nueva York, California y Mónaco. Disfruté en particular con las imágenes de lugares tan hermosos e inspiradores y me sentí transportada a ellos.
También pude reconocer muchas de las luchas de Grace y me sorprende que, a pesar de los abismos de la diferencia en el estilo de vida, los dolores que experimentó fueron muy parecidos a los del resto de nosotros. La vida humana es dura. Tal vez lo mejor que podemos hacer es dar lo mejor de nosotros mismos y dejar que el resto salga a la luz. No sé si realmente se puede tener todo en la vida, pero una cosa es segura: no darlo todo en cada esfuerzo es quizás aún más desgarrador, y es algo de lo que nunca se puede acusar a Grace.