Un profesor pone un documental sobre el nazismo donde se ven con absoluta claridad las barbaridades que los nazis hicieron en la II Guerra Mundial. Sus alumnos, por primera vez, parecen absortos. Las imágenes han calado. Los jóvenes se preguntan cómo es posible que los alemanes hicieran la vista gorda, y unos cuantos aseguran que a ellos no les convencerían, que jamás participarían en algo así.
Es en ese momento cuando el profesor decide demostrarles que ellos también pueden ser aquellos alemanes.
La narrativa de este libro es fluida y muy sencilla y entre esto y el tema que toca -aparte de dónde está ambientada, un instituto- es ideal como lectura para jóvenes. Pero, cuidado, como interés puede ir mucho más allá porque lo que narra fue el resultado de un experimento sociológico sin idea previa que llevó a cabo un profesor de un instituto de Palo Alto, California. La primera vez que lo lees impacta. De hecho lo mío es una relectura pero también lo propuse para el Club de Lectura Juvenil que coordino y todos coinciden con esa palabra: impacto. El hecho de que esté basado en hechos reales les sorprendió, pero todo les hizo reflexionar mucho, y el libro fue nombrado en varias ocasiones a lo largo de otras sesiones del Club.
Si nos ponemos a pensar, el Club de lectura es un grupo donde equis personas se reúnen y forman un equipo. Algo así plantea el profesor de instituto, pero él lo lleva lejos, al extremo, porque su idea no es leer un libro, sino demostrar a sus alumnos que ese grupo disciplinado tiene mucha fuerza, tanta que puede convertir el ambiente estudiantil en un estado totalitario: o estás conmigo o estás contra mí. Y a partir de ahí, el caos.
De entre todos estos jóvenes solo una chica, la que trabajaba para el periódico del instituto, fue consciente desde el minuto uno que aquello estaba mal. Los demás comenzaron viéndolo primero como un juego, después como un acto donde se sentían cómodos e incluso con la sensación de estar mejorando, y finalmente acabaron asumiendo que el equipo era lo más importante de su vida. Lo más. Por encima de todo. Así fue como aquel que era el desterrado del instituto, el rarito, conoce por primera vez qué significa ser importante en un grupo, no solo formar parte de él. Efectivamente, aquello se les fue de las manos, tanto al profesor como a los alumnos.
La historia se hizo muy popular y fue llevada al cine en, al menos, un par de ocasiones. Esta edición de Blackie Books lleva una etiqueta en la portada que resume a la perfección qué cuenta esta historia: "El fascismo se combate desde las aulas".
"La ola" debería ser lectura obligatoria -y yo no soy de obligar- en los institutos. Es brutal, es real. Además se lee en un suspiro y a los jóvenes les llama muchísimo la atención la historia que se cuenta y cómo van evolucionando los estudiantes, que pasan de compañeros como los que tienen ellos, a chicos ideales para unirse a unas supuestas juventudes hitlerianas. Tremendo.
Se lee en un rato pero no se olvida fácilmente.
