MANSON. LA HISTORIA REAL

El hecho de que “Manson. La historia real” se haya anunciado como el libro que desdice la versión de los hechos plasmada por el fiscal del “caso Manson” no deja de ser una publicidad que no ayuda a certificar los, por otro lados, centenares de datos, también cuestionables, aquí aportados.

En teoría, el trabajo aquí reunido, con sus pistas, documentos y demás, es el reflejo de veinte años de investigación por parte de Tom O’Neill, que plantea un relato documental que carece del transfondo de horror subyacente en todo momento a lo largo de la lectura de “Helter Skelter”. 

Por otro lado, un libro donde las imprecisiones y posibles interpretaciones sobre hechos nunca plenamente demostrados, enfatiza la mitología de unos crímenes de los que nunca se sabrá la verdad al cien por cien. A diferencia de ese monumental fresco de la psicosis norteamericana tras la muerte del verano del amor, en este libro, O’Neill se lanza con la montera por delante a por una verdad que, en realidad, siempre han sido varias, nunca únicas.

Su valentía, acolchonada por tantos años de investigación, deriva en una labor titánica aunque repleta de dudas. Quizá sea en la vía abierta a través del mundo de las drogas donde este trabajo gana más peso, aportando un crisol de posibilidades a las múltiples reinterpretaciones de lo sucedido desde que Manson sale de la cárcel en 1967. Un filón de teorías que, por otro lado, también carecen de la exuberancia descriptiva con la que Bugliosi y Tim O’ Brien dieron vida a “Helter Skelter”.

A pesar de las obligadas comparaciones, “Manson. La historia real” es una lectura más que recomendable para todos los amantes del true crime. No hay más que fijarse en la valentía del título que de ambición, refrendada a medias, anda más que sobrado.

NÓMADA

Con Nómada Hirsi Ali relata su llegada a Estados Unidos para construir una nueva vida lejos de las amenazas de muerte, de disputas políticas y de su propio conflicto interior. Es la historia de su transición de una mentalidad tribal que impide a las mujeres pensar y actuar por sí mismas, hasta convertirse en una ciudadana libre en el seno de una sociedad abierta. 

En sus páginas, la autora narra los numerosos giros que dio su vida tras romper con su familia, sus dificultades para adaptarse a su sociedad de acogida, la reconciliación con su padre después de que éste la repudiara por haber abandonado los preceptos del islam, la difícil relación con su madre y con sus primos en Somalia y en Europa.

Pero Nómada es también un mensaje de alerta a Occidente ante el error de subestimar el islam radical, un llamamiento a instituciones clave —las universidades, el movimiento feminista, las iglesias cristianas— para que ayuden a otros inmigrantes musulmanes a superar los desafíos que ella misma experimentó y a resistir el fatal atractivo que, tanto desde el exterior como en el seno de nuestras sociedades, ejercen el fundamentalismo y el terrorismo. Nómada es, en suma, una celebración de la libertad de expresión y de la democracia, una importante contribución a la historia de las ideas y, por encima de todo, un entusiasta llamamiento a la acción.

`Este libro no versa únicamente sobre mi errática vida por Occidente, sino también sobre las vidas de muchos otros inmigrantes, sobre las dificultades filosófica y materialmente reales de personas, sobre todo mujeres, que viven en una cultura musulmana tradicional y profundamente cerrada, situada a su vez en el seno de una cultura abierta. Analiza la colisión entre los ideales islámicos y los ideales occidentales. Aborda el choque de civilizaciones que yo y millones de personas hemos vivido y seguimos viviendo`.

EN LA TIERRA DE CAÍN

VIAJE AL CORAZÓN DE LAS TINIEBLAS DE AFGANISTÁN

Amador Guallar aterrizó en Afganistán en 2008 con un contrato precario en una productora audiovisual local de dudosa reputación, el peaje necesario para emprender la aventura, sin duda descabellada, de convertirse en corresponsal de guerra y de hacerlo directamente sobre el terreno.

Acabó viviendo casi diez años allí. Viajó y convivió con las tropas estadounidenses, diseñó operaciones de propaganda militar para la OTAN y campañas para la ONU, visitó campos sembrados de minas antipersona y sufrió, muy de cerca, diversos atentados. Una experiencia que destila en esta crónica en primera persona sobre la vida en una democracia más cerca del fogonazo que de la luz estable, doblegada por los ataques terroristas, las desigualdades sociales, la violencia extrema contra las mujeres y el éxodo de una juventud harta del conflicto.

Pero este no es solo un testimonio sobre la guerra. También es una inmersión en una tierra que se sale de los márgenes de la historia, en sus paisajes de leyenda que esconden mundos que han prosperado aislados, en sus joyas arqueológicas olvidadas y habitadas por muyahidines transformados en ascetas. Porque Afganistán no solo es un país, también es un estado mental. Y este libro lo demuestra.