Brujas, maldiciones, infidelidad, asesinatos… ¿Qué más se puede pedir? George Brewer (Westminster, 1766 – c. 1816) nos presenta ‘La bruja de Ravensworth’, un relato gótico, lleno de magia y misterio donde la oscuridad y la maldad campan a sus anchas.
El desdeñable barón de La Braunch, en su afán por hacer crecer su fortuna, engatusa a lady Bertha, recientemente viuda y heredera del patrimonio de su marido, y contraen nupcias. El único obstáculo para lograr su objetivo de hacerse más rico es el hijo nacido del matrimonio anterior que tiene la dama.
Mientras están en plena celebración de la boda, una horrible bruja que habita en los alrededores hace su entrada enfurecida por no haber sido invitada al evento y, con una copa en la mano sin llegar a brindar, maldice a la novia. Tras esta entrada triunfal y la entrega de tan “preciado” regalo, abandona el banquete dejando a todos los invitados boquiabiertos.
La anciana Ann Ramsay, conocida por todos como “la bruja”, atemoriza a todo aquel que la mira. Con su aspecto delgado y encorvado, nariz ganchuda, ojos rojos y un solo diente, es la hechicera más estereotipada que te puedas encontrar en cualquier novela de terror. Debido a esto, fue una de las precursoras de futuros monstruos del género gótico como el creado por Frankenstein o Drácula.
Olvidémonos de la figura del barón como una persona culta, generosa y embaucador que nos encontramos en la novela romántica de siglos posteriores. Nuestro barón es todo lo contrario. Alto, elegante y atlético, pero altanero, mezquino y ruin. Y no dudará en aliarse con la bruja para conseguir su propósito.
En estas páginas nos vamos a encontrar con personajes que orbitan en zonas opuestas. O son muy buenos o muy malos, nada de áreas grises que nos hagan empatizar con los malvados y comprender sus motivos o que manchen el ideal de la perfección en otros. Además nos divertiremos con los personajes secundarios que nos arrancarán más de una carcajada.
Es inevitable que el principio de la historia nos recuerde a uno de los cuentos tradicionales más célebres y difundidos, ‘La bella durmiente’. Inicialmente transmitido de forma oral, ha llegado a nuestros días gracias a tres versiones, las de: el italiano Basile, Perrault y los hermanos Grimm. Posteriormente apareció la interpretación edulcorada de Disney, aunque en este caso no difiere mucho de los cuentistas originales. El presente libro comparte ciertas similitudes en su inicio, con la ausencia de la bruja en la boda y la maldición, pero luego toma un camino mucho más oscuro.
El final puede resultar algo controvertido, y algunos lectores pueden tener opiniones encontradas respecto a este. ‘La bruja de Ravensworth’ acaba con una moraleja tan poco frecuente en el género gótico, por no decir nulo, que a muchos les parecerá fuera de lugar y que no encaja dentro de esta temática.
Pero sin duda alguna, esta obra forma parte de la narrativa gótica. Tenemos el castillo, la maldición, elementos sobrenaturales y emociones desbocadas e intensificadas. Sin embargo, presenta un lenguaje mucho más simple y directo de lo que estamos acostumbrados en este subgénero de terror. No podremos evitar compararlo con la prosa más estética de Ann Radcliffe o Mary Shelley. La novela abarca once años de eventos y sorpresas en apenas 150 páginas. Brewer no se detiene en larguísimas descripciones ni marea la perdiz. Va directo al grano.
Los capítulos están titulados de forma que resume en una frase el contenido que nos vamos a encontrar al leerlos. Un buen avance para evitar que sueltes el libro y leas unas páginas más… o muchas.
George Brewer es un autor bastante desconocido hoy en día. Pocos datos hay de su vida y la fecha y lugar de su muerte no se sabe a ciencia cierta, tan solo que ocurrió sobre principios del siglo XIX. Sin embargo, se le atribuyen diversas obras de diferentes géneros, aunque pocas han llegado a la actualidad. ‘La bruja de Ravensworth’ fue publicada originalmente en 1808, pero recibió una importante edición por parte de Brewer y fue impresa post mortem en 1842. Tales son las diferencias entre las dos que la primera parece casi un borrador de la publicación final.
