Con su profunda empatía, encuentra la forma de contar las historias más difíciles. Tras una infancia privilegiada y solitaria, Ward se convirtió en corresponsal de guerra después de la tragedia del 11-S.
Desde sus inicios, estuvo destinada con los marines durante la guerra de Irak, y luego en otros países árabes. Pero si hay un lugar donde Ward ha dejado su huella es la Siria devastada por la guerra, conflicto que ha cubierto ampliamente. Se infiltró varias veces con los rebeldes sirios e investigó sobre los extremistas occidentales que se sienten atraídos por ISIS.
También ha informado del mandato de Bashar al-Asad sin miedo. En 2018 asumió nuevos retos para la CNN y fue madre. Esta es la historia inolvidable de una periodista extraordinaria y de un mundo cambiante.