Las miradas de los personajes pueden ofrecernos diversas perspectivas de un mismo hecho. Y esas perspectivas, a su vez, transformarse en nuevas reescrituras. Tal vez esa haya sido la premisa de Liliana Bodoc a la hora de realizar una novela como “El perro del peregrino”.
La escritora logra hacer algo verdaderamente nuevo, creativo y conmovedor con uno de los relatos más conocidos por la humanidad.
Las calles de Nazareth durante el Imperio Romano es el escenario por el que deambula Miga de León, un perro que es salvado de la muerte por el "peregrino". Su lealtad para con este hombre no tiene límites. Siempre anda tironeando de sus sandalias o manteniendo una prudencial distancia canina.
Como buen animal, su instinto no falla. Puede oler el peligro, puede oler el amor, puede oler el engaño, puede oler la bondad, y puede oler también la presencia del mal. Èl sabe que el final se acerca, y pese a los temores y a la tristeza sigue de cerca los pasos del peregrino.
Miga de León es un testigo de las acciones llevadas a cabo por aquél que cambió la historia de Occidente. Pero la atestigua desde su lugar de perro, desde la cotidianeidad, desde esos pequeños detalles que esconden signos infinitos.
Una vez más Bodoc deslumbra. Seguir de cerca de su obra es descubrir a una autora cuyo poder narrativo va más allá de los géneros y los públicos. Esta puede ser una novela juvenil, o tal vez para adultos e incluso para niños más grandecitos. Lo que es seguro es que el lector caminará junto a Miga de León, sentirá en carne propia los avatares de su amo, se embriagará con el aroma de los dichosos y los tristes, descubrirá a personajes que por momentos parecen salidos de "Las Mil y una Noches" (como los inolvidables Diamel y Halima) y en otros parecen provenir de sagradas escrituras.
Para los que le gusten los libros religiosos, este es uno de ellos pero diferente. Es una historia ficcional que cuenta algunos momentos de la vida de Jesús con un leal compañero como Miga de León. Esta vez, la historia no la cuentan los apóstoles en el Nuevo testamento sino este fiel ladero que es testigo del amor de Jesús de Nazareth.
"En la novela, Jesús es un hombre que transitó la vida honrando el amor. Nada más, nada menos y un perro me pareció el compañero perfecto", explicaba Bodoc.
"El perro del peregrino" comienza contando la historia de Miga de León, un cachorrito que es arrojado en una bolsa, junto a sus seis hermanos, a las aguas del lago Tiberíades. Es el peregrino quien lo rescata y, a partir de ese momento, Miga de León pasó a ser testigo de los diferentes episodios que vivió Jesús hasta el día de su muerte en la cruz.
¿Cómo construyó Liliana Bodoc esta novela? Ella misma lo cuenta en el libro: "Es un escenario que construí leyendo El Nuevo Testamento, textos de historia, algunas biografías. Y, desde luego, otras novelas, como por ejemplo, El Evangelio según Jesucristo, de José Saramago, y Cristo de Pie, de Dalmiro Sáenz. También vi películas con buenas reconstrucciones".
Del libro, también participan otros característicos personajes: Dorotea, la lavandera; Diamel, el etíope eunuco; la mamá del peregrino; Eliseba, una joven que amaba a un pescador pero que es obligada a casarse con hombre mayor, pero rico, que no amaba; Simón y su madre Mircia; y por último, el enigmático extranjero (que muchos representan a el diablo).
Bodoc se ocupó de aclarar quién es realmente el extranjero: "Cada vez que me preguntaron si el extranjero es el diablo, respondí que es el desamor y la traición. Jesús y el extranjero, los opuestos".
Al final el lector llegará al pie del madero junto a Miga de León para ser testigo de uno de los hechos más reveladores de la Historia.
Sebastian sueña con ser un niño igual que los demás, con ser capaz de correr como el viento en el campo de fútbol, chutar la pelota de tal manera que dibuje una perfecta parábola y marcar un gol. Pero su corazón tiene un defecto desde que nació, lo que significa que no puede cumplir sus deseos. 
