Esta es la historia de un gran amor.
Un amor que amenazará a dos mundos y enfurecerá a los dioses.
Cuando los esclavistas la arrojaron por la borda del barco, Simidele pensó en Yemayá, en las leyendas que decían que velaba por los capturados. Y la diosa la escuchó. Ahora, Simi es una Mami Wata, una hija de Yemayá, y su cometido es bendecir las almas de los ahogados para que puedan regresar en paz a Olodumare, el creador. Simi sabe que su vida anterior ha acabado, pero no puede evitar salir a la superficie de vez en cuando para recuperar su forma humana; y es que el mar se lleva todo, incluso los recuerdos.
Un día, Simi encuentra a un muchacho arrojado de un barco y se dispone a bendecir su alma; pero, cuando se acerca a él, descubre que aún está vivo, y, aunque no debe intervenir, no es capaz de presenciar cómo se ahoga. Al salvarlo está incumpliendo sin saberlo las normas de los orishas y poniendo en riesgo a todas sus hermanas, y tendrá que embarcarse en un viaje contrarreloj para enmendar su error antes de que sea demasiado tarde.
La piel de las sirenas se estructura como las mejores historias fantásticas, en un viaje al que se van uniendo distintos personajes, lleno de pruebas y desafíos que superar. De fondo, como punto de partida, hay una parte histórica, la esclavitud y el asesinato indiscriminado de la población negra a manos de los colonizadores blancos, pero no se ahonda demasiado en la ambientación. Sin lugar a dudas, lo que más brilla en esta novela es su original mezcla entre las leyendas de las sirenas y la mitología africana, mayoritariamente desconocida en países occidentales: el panteón de los orishas, su particular humanidad y sus interacciones con quienes les adoran, sus poderes y las tradiciones y oraciones del pueblo.
Si bien la historia de amor se basa en clichés, tiene una evolución sorprendente, y más de un personaje guarda trucos bajo la manga. La novela se resuelve de manera inteligente, y podría haber sido un final definitivo aunque dejase algún cabo suelto; sin embargo, la historia de Simi continuará en una segunda parte. Simi oró a los dioses, una vez. Ahora les sirve como Mami Wata, una sirena, recogiendo las almas de los que mueren en el mar y bendiciendo sus viajes de regreso a casa.
Para proteger a las otras Mami Wata, Simi debe visitar al creador supremo para hacer las paces. Pero el viaje no será fácil: parece que el chico al que rescató sabe más de lo que debería, y algo está siguiendo a Simi, algo que preferiría verla fallar...
El peligro acecha a cada paso, y Simi deberá enfrentarse a dioses vengativos, tierras traicioneras y criaturas legendarias. Porque si no lo hace, pone en riesgo no solo el destino de las Mami Wata, sino también el mundo tal como lo conoce.
Una historia que lo cambiará todo y nos descubrirá una nueva forma de vivir.
Una historia de supervivencia.
Una historia de salvación.
Una historia de amor épica impregnada de la mitología de África occidental.
