La Granja Golden Oaks está lista, o así lo cree su gerente empresarial, Mae Yu, para convertirse en el nuevo y gran avance de la economía de la fertilidad. Allí, la progenie de los superricos inicia su vida en el útero con lo mejor de lo mejor: dietas equilibradas a base de alimentos orgánicos, listas de reproducción seleccionadas en base a su placer auditivo… y matrices jóvenes, sanas (y optimizadas con cortisol) donde gestarse.
A sus portadoras —es así como se llama a estas madres sustitutas— se les ofrecen contratos de arrendamiento de nueve meses y grandes cantidades de dinero para poder cambiar la trayectoria de sus vidas a menudo difíciles, siempre y cuando se mantengan lejos de cualquier problema y den a luz a recién nacidos sanos.
A través del punto de vista de cuatro mujeres —Jane, Ate, Reagan y Mae— La Granja ofrece un planteamiento radical sobre la maternidad, el dinero y la sociedad meritocrática, suscitando preguntas cruciales sobre aquellas concesiones que hacen las mujeres para fortalecer su futuro y el futuro de aquello que aman.