Durante más de trescientos años, los Romanov rigieron la Rusia de los zares primero y bajo su posterior denominación como emperadores después. Pero realmente todo fue lo mismo, absolutismo en torno a una aristocracia servil. Y precisamente en este escenario opresivo hasta la sangrienta revolución final de 1917, también es interesante observar el aspecto feminista de la Historia. Espido Freire escribió una interesante novela “Llamadme Alejandra” y ahora nos llega esta otra trama de la autora británica Imogen Edwards-Jones, tan apasionante como la ya citada en torno a otras protagonistas de aquellos días tan reales como Alejandra solo que rodeadas de una extraña nebulosa en torno a lo esotérico, la magina negra y muchas otras artes enigmáticas…
Hay que reconocer que en esta novela encontramos una ambientación escrupulosamente respetuosa con los hechos sobre los que se introduce la trama. Y precisamente esa ambientación meticulosa nos sirve para ese mayor mimetización de toda ficción histórica. Solo que, entre pinceladas de aquella Rusia pretérita, poco a poco, avanzamos en una acción trepidante en manos de un triángulo de mujeres. En primer lugar las hermanas Anastasia y Militza, aristócratas de la corte rusa por matrimonio de conveniencia y videntes de vocación, tal como las reconoce la Historia. Con estas dos mujeres en la corte rusa y contando con la complicidad de la propia Alejandra, la última zarina, disfrutamos de una trama inquietante, en el precipicio de un ambiente social en cuya latencia suena el eco soterrado de la revolución cercana. Las dos nuevas aristócratas llegadas desde Montenegro irán copando esos espacios de poder ganados desde sus oscuros conjuros, a través de brebajes y con tétricas invocaciones.
Hasta que otro de los personajes más oscuros de la historia rusa aparece para que todo salte por los aires en la planificación de las aprendices de brujas. Se trata de Rasputín, a la altura del mago Merlín solo que con mayor fundamento histórico y con documentación gráfica. Cuando observas una foto de Rasputín, su mirada parece atravesar el tiempo. Con esa misma energía de su mirada, el encuentro de las dos mujeres con Rasputín acabará escribiendo la historia paralela más fascinante de aquellos últimos años de los Romanov.
Un retrato oscuro e inquietante sobre la corte de los Romanov y dos mujeres que no se conformaron con el destino que les tenía reservado la Historia. Militza y Stana, hijas del empobrecido rey de Montenegro, se ven forzadas a casarse con dos miembros de la aristocracia rusa para que su padre pueda recuperar parte de su poder. La vida, a pesar del esplendor de la corte del zar Nicolás, no es fácil. Una de ellas, Militza, parece tener poderes ocultos y siente fascinación por todo lo que tenga que ver con la magia y el espiritismo. Ante una influenciable zarina Alexandra, que haría cualquier cosa para darle al país el heredero que está esperando, despliegan su relación con el más allá, y entre sesiones de espiritismo, pócimas engañosas y coqueteos con la magia negra, logran hacerse con un gran poder en la corte. Sin embargo, cuando den con Rasputín, precisamente en la búsqueda de un hombre con poder espiritual, descubrirán que quizás han ido demasiado lejos.
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