
Al principio a Alexandra le divierten las transgresiones de su abuela a las normas sociales, pero pronto comienza a preguntarse si ese comportamiento es una manera de resistirse a envejecer o una enfermedad.
A medida que el trastorno avanza y la abuela se sumerge en las profundidades de su laguna, la niña se propone que la abuela no olvide quien era: le muestra fotografías y le cuenta anécdotas de su vida pasada que ha oído de sus padres. El amor que une a nieta y abuela hará posible la comunicación entre ellas.
0 comentarios:
Publicar un comentario