
En suma, en este libro las mujeres recuperan un protagonismo del cual habían sido privadas por las fuentes históricas, casi todas ellas escritas por hombres.
Emperatrices como Livia, Mesalina, Agripina, Plotina, Sabina o Julia Domna no vivieron pegadas a un telar cosiendo sus propias ropas, en una actitud sumisa del gusto de los moralistas del Senado. Vivieron y murieron de pie, peleando por lo suyo e influyendo grandemente en la marcha del Imperio.
Con este libro, basado en 17 años de investigaciones sobre mujeres romanas, avaladas por múltiples estudios historiográficos, pero escrito desde la sencillez y el gusto por la divulgación, se pretende «dar a la César lo que es de la César». Y devolver a sus protagonistas, siquiera mínimamente, el orgullo de ser mujeres romanas.
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