Llega un hermoso relato de la historia bíblica de la mujer en el pozo, que da vida a esta conmovedora joven que lucha por sobrevivir al amor y al desamor. ¿Podría ser él el Único que hemos estado esperando? Para las mujeres de la aldea samaritana de Sicar, el pozo es un lugar de bendición, el lugar donde se reúnen para sacar agua y compartir sus vidas, pero no para Mara. Rechazada por los muchos pecados de su madre, Nava, Mara lucha contra las constantes amenazas de hambre o exilio.
Las vidas de Mara y Nava cambian para siempre con la llegada de dos hombres: Sem, un misterioso joven de Cesarea, y Jesús, un maestro judío. Nava es transformada por Jesús, pero sus enseñanzas llegan demasiado tarde y los implacables aldeanos la apedrean. Desesperados por salvar a su madre moribunda, Mara y Sem se embarcan en un viaje para buscar la ayuda de Jesús, un viaje que trae un amor inesperado y un desamor inimaginable.
El pozo comienza con la protagonista, Mara, expresando internamente su angustia por su situación: anhela la recuperación mental de su madre, para poder cuidar de su familia una vez más, y anhela una situación más propicia en el mundo. Su melancolía interna es el foco principal durante un buen rato, sin escenas externas enormemente emocionantes; sin embargo, encontré esto bastante intrigante.
Está hecho de tal manera que me atrapó desde el principio: sentí, desde las primeras frases, que ya conocía a Mara y me importaba. Esto continúa a lo largo de la novela, y con todos los personajes; o, si el personaje es insolente, sentí el desprecio y la compasión adecuados por ellos. Su desarrollo es rico: por ejemplo, Mara comienza como una niña que no está muy segura de sí misma, pero es bastante fuerte; pero a medida que avanza, se vuelve resuelta, y la determinación que posee la lleva a lo largo de todo el libro, de modo que rompe las costumbres sociales para seguir la sabiduría de lo que cree que es correcto.
El romance que se está gestando entre ella y el otro protagonista, Shem, parece que será un resultado probable; sin embargo, todo lo que esperaba que sucediera no sucedió, lo cual fue una alegría. No disfruto de los libros predecibles, y este ciertamente no lo es.
Aunque la novela se centra principalmente en Mara, su madre Nava y las reflexiones internas de Shem, también hay escenas externas fascinantes, y ambos aspectos de la novela están bien entrelazados. Dado que la novela es bíblica, hay temas de teología; sin embargo, están equilibrados con el resto de la trama, y no son pedantes ni elaborados.
Tenía una imagen clara del entorno; sentí casi como si hubiera visto un lugar así antes y ahora tuviera el recuerdo de él en mi mente. La tierra histórica cobra vida de tal manera que me sentí como si estuviera allí; me resultó familiar y cómoda.
La novela es completamente atrapante, una que no pude dejar hasta el final.
0 comentarios:
Publicar un comentario