Figura central de nuestra cultura y puntual comentarista de sus márgenes: despiadado crítico del Poder y a un tiempo miembro distinguido de las altas esferas de la vida pública, ambiguo y paradójico, ubicuo y fascinante, a caballo entre dos siglos, Carlos Monsiváis fue la más viva y acabada imagen del intelectual mexicano de la posmodernidad.
Nada –o casi nada- escapó a su interés omnívoro y su agudeza crítica: de la política a las reivindicaciones de la sociedad que se organiza, del cine a las disímbolas manifestaciones de la cultura popular, de la alta poesía a la lírica ranchera, de “los rituales del caos” a las “escenas de pudor y liviandad”. Profunda conocedora de la obra del autor, Linda Egan, desde una lectura crítica, desentraña y analiza “el discurso camaleónico” del más célebre vecino de la colonia San Simón.
Se trata, afirma la autora, “de un conjunto de mis lecturas a lo largo de 22 años de escudriñar con lupa cada una de las palabras impresas de Carlos Monsiváis, o por lo menos aquellas que he podido conseguir en diversos archivos, periódicos, revistas, libros”. Una inmersión en un hombre y una obra que son ya símbolos imperecederos del México contemporáneo.
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