Todos tenemos un pasado y a todos nos han sucedido cosas lindas y feas, tenemos recuerdos que nos sostienen emocionalmente y recuerdos que nos entristecen. Es por eso que en el presente trabajo queremos hacer un viaje al pasado para ir nuevamente a esas experiencias tristes que hemos vivido y así poder sanarlas. Alguien dijo que si no sanas tu pasado, estás condenado a repetirlo.
El objetivo de este viaje no es deprimirnos, ni hundirnos emocionalmente. Tampoco es recordar obsesivamente todo nuestro pasado para quedarnos a vivir en él. La finalidad es resolverlo y avanzar.
Robert Neimeyer, un excelente escritor, es autor de un libro acerca de la ansiedad que presentan las personas frente al tema de la muerte. Investigó por qué algunas personas “aceptaban” la muerte de una manera mucho más tranquila que otras. Y descubrió que esas personas no tenían temas pendientes. No había nada abierto en su pasado, o casi nada. Estas personas, en su gran mayoría, se habían enfocado a alcanzar sus metas y sus proyectos.
El hecho es que no necesitamos esperar una desgracia o una muerte para aprender a vivir disfrutando de la vida, de sus momentos buenos y no tan buenos, necesitamos aprender a vivir cerrando los temas que tenemos pendientes con hechos y personas, a fin de que no nos queden deudas emocionales sin saldar.
Lo que proponemos aquí, en este libro, son técnicas utilizadas en diferentes tipos de terapia, de ayuda que se le brinda a aquellas personas que han pasado un hecho traumático, una circunstancia de dolor, técnicas y métodos que son utilizados por profesionales que aman su profesión y las aplican para el bien y la sanidad del paciente.
Cuando sanamos los recuerdos de nuestra vida, el presente se ve de otra forma.
Este libro, bajo ningún concepto reemplaza la psicoterapia individual o familiar, ni sustituye la ayuda profesional. El objetivo es brindar algunas herramientas prácticas que nos puedan ayudar a cerrar esas historias abiertas que nos han quedado del pasado.
El pasado fue co-construido entre nosotros y otras personas, pero el futuro es la construcción nuestra, porque somos los arquitectos de nuestro destino; estamos convencidos de que si logramos sanar el pasado, cerrarlo, hacer las paces con él, podremos activar una de las emociones más poderosas que existe, que es la esperanza: esperar algo que es el mañana.
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