
Su participación en la Guerra del Líbano y su confrontación con los palestinos lo pone en la misma encrucijada que debió enfrentar su padre 40 años antes: Debe enfrentar el dilema de todo soldado:
¿Todas las ordenes son lícitas y todas deben ser obedecidas? ¿Cuál es el límite de la obediencia debida? La disciplina militar exime al combatiente de sus deberes morales y éticos? ¿Toda la responsabilidad pertenece a la máxima jerarquía de una organización militar o la responsabilidad es compartida por los niveles intermedios?
Esta historia confirma lo que los griegos ya sabían: nadie puede evitar su propio destino. No importa lo que hagamos siempre nos encuentra.
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