miércoles, 26 de agosto de 2015

LA CHICA DEL TREN

Publicado por Lucky en 10:01
Rachel toma siempre el mismo tren para ir a trabajar en Londres. Vive en una de esas ciudades satélites de la capital y, como muchos otros vecinos, va y vuelve todos los días. Al final, son siempre las mismas caras, pasan por los mismos sitios… Uno de esos sitios, es otra ciudad satélite de Londres; precisamente la ciudad donde ella vivió. Eran otros tiempos, en aquel entonces estaba felizmente casada con Tom, su gran amor. En esa ciudad el tren hace una pequeña parada y desde las vías se ve el barrio donde ella vivía; su casa y la de algunos vecinos. Como la de esa pareja que acostumbra tomar un vino en la terraza de su casa. Una pareja que a Rachel le parece perfecta y para la que se ha inventado una vida, incluso unos nombres: Jess y Jason.

Pero un día ve algo raro. El problema es que Rachel bebe y tiene muchas lagunas mentales. Olvida lo que ha hecho y sólo le quedan sensaciones. Como en este caso. Cuando al poco la mujer de la casa de las vías del tren desaparece, todo se complica. ¿Le habrá pasado algo? ¿Habrá visto algo Rachel?

Así, a tres voces –la de Rachel, Anna y Megan-, “La chica del tren” nos va a contar una historia aparentemente sencilla que, no obstante, va a engancharnos de mala manera.
Y, sin embargo, he de confesar que no me enganchó desde el principio. Éste lo empecé como lectura secundaria (o terciaria) pero alguno de los otros corría prisa por pertenecer a una lectura conjunta por lo que éste quedó un poco relegado. Además, al principio, me complicaba un poco con dos personajes, Rachel y Megan; me costó un poco dotarles de personalidad y me di cuenta que era una novela que requería toda mi atención. Por lo que la dejé estar un par de semanas y, cuando terminé con las lecturas que corrían más prisa, me puse ya en serio con ella. Y entonces sí que me enganchó de mala manera. Tanto que la leí de tirón en tres días.
La novela está narrada por las tres protagonistas femeninas: Rachel, Megan y Anna. En ese orden de importancia. Son más y más largos los capítulos dedicados a Rachel, mientras que Anna tiene menos cosas que contar. Pero todas ellas cuentan su historia en primera persona, ofreciendo así tres puntos de vista diferente de unos mismos hechos, lo que nos da una perspectiva de 360 grados sobre la misma. Inmejorable la elección narrativa de la autora; no se podía haber contado esta historia, de la manera que se cuenta, de otra manera; un tercero omnisciente no hubiera aportado la visión que estas tres mujeres aportan, no hubiera resultado creíble.
Se alternan los capítulos protagonizados por las tres mujeres, aunque sin tener todos una importancia similar. A Rachel se le dedican más páginas y a Anna es a la que menos se le oye. Ello es lógico teniendo en cuenta el meollo del asunto.
La historia, en sí, es bastante sencilla. Una mujer adulta ha desaparecido sin decir nada. ¿Se habrá ido voluntariamente? ¿Alguien le habrá hecho desaparecer? Al principio todo es posible. Pero, en cuanto empezamos a escarbar en su vida, su pasado y el de las personas que le rodean, nos parece que ha ocurrido algo raro y entonces empezamos a sospechar de todo el mundo. Y cuando digo de todo el mundo, digo de todos, absolutamente todos los personajes. En esta novela todos parecen poder ser culpables; desde las tres narradoras hasta los demás personajes que aparecen en ella. Y eso que son muy pocos los personajes. Por un lado tenemos a Rachel, Megan y Ana. Por otro a Tom, ex marido de Rachel y actual marido de Ana, a Scott el marido de Megan, a un psicólogo que le trataba y a un hombre pelirrojo que va en el tren. No aparecen más que éstos y dos policías así como un bebé. Y, si bien siempre es posible que al final la escritora se saque un as de la manga, nos da que no, que no nos va a engañar y que entre estos pocos personajes tiene que estar el asesino. Y no van a ser los policía quienes descubran quién es, sino los personajes mismos y con ellos el lector.
Al principio, todos parecen culpables, incluso la propia desaparecida. Pero, poco a poco, los árboles van dejando ver la luz. Más o menos cuando quedaba una cuarta parte para acabar, tuve un pálpito: “¿y si…?”. La autora va dejando miguitas que creo permiten a cualquier lector descubrir por sí mismo la verdad. Y, no, el que puedas imaginarte quién es el culpable no le quita ni un ápice de intriga, sino todo lo contrario. Porque te permite ponerte la gabardina, el sombrero y la lupa, y hacer tú mismo de detective aficionado; ella te da todas las armas y las pistas que necesitas. Así que tú misma, junto a los personajes, serás la que aclare todo el embrollo. Ni que decir que me ha encantado la solución.
Como digo, la historia en sí es bastante sencilla. No hay, en principio, nada que la diferencie de otras muchas novelas del género. ¿Qué es entonces lo que ha hecho que me haya gustado tanto? Pues el increíble manejo de la tensión narrativa que se gasta la autora. No sé cómo con tan poquísimos personajes y con una historia aparentemente simple, consigue tenernos en vilo de esta forma. Y no es porque haya giros inesperados ni sorpresas raras, ni porque el ritmo sea vertiginoso. No sé por qué es, pero lo cierto es que engancha de mala manera y que no puedes dejar de estar pendiente del libro. Yo tuve que dejar todo lo que estaba haciendo y terminarla porque no podía pensar en otra cosa que en la dichosa chica del tren.


0 comentarios:

 

CRONICA DE UNA AMANTE DE LOS LIBROS Template by Ipietoon Blogger Template | Gift Idea