
Todo comienza con la entrada en un manicomio de Castilla de Alice Gould, detective en pos de resolver un caso de asesinato cuyo asesino está recluido en el recinto. Fingiendo una paranoia y caso de envenenamiento, con la ayuda de su marido y del doctor Donadío (que ella cree el doctor Raimundo García del Olmo, el cliente que le encargó la resolución del asesinato de su padre) se interna falsamente en el centro de sanidad para investigar.
El recinto experimentaba el régimen abierto, consistente en la libertad de los presos conforme a movimientos y dependiendo del nivel de su intoxicación mental.
Transcurren los días y tras los problemas iniciales de adaptación Alice va cumpliendo su obligación mientras Samuel Alvar, su cómplice, director del manicomio, regresa de un viaje, suceso que le toma por sorpresa.
Durante su estancia, es víctima de intolerancias hacia lo que puede o no poseer, llega a matar a un hombre involuntariamente por intento de violación, conoce a muchos de los reclusos y va creándose amistades entre los médicos y los enfermeros y enfermos.
En las consultas su diagnóstico momentáneo era: “personalidad superior, espíritu exquisito, altamente cultivada. Carece de taras visibles.” Según Montserrat Castell y Cesar Arellano, su médico. Se comienza la duda de su paranoia por sus grandes cualidades.
Al regresar Samuel Alvar del viaje recibe a Alice, y tras que ella le relate el progreso de su investigación, que él finge conocer, pero después afirma que no, para ella supone una duda en su cordura propia.
Con esto, Alice piensa en la conspiración, por un lado los médicos trazan su diagnóstico (doble paranoia, la verdad y la mentira) después de la historia contada a Samuel, (que le otorgó la camisa de fuerza por el abofeteo al llamarla loca) mientras ella investiga por su cuenta para probar que lo que dice es verdad, entre otras cosas, pidiendo que el doctor del Olmo, su cliente, se presente, para corroborar su investigación.
Como venganza por esta humillación, al ser llamada días después a la junta de médicos, humilla a Samuel y relata la totalidad del caso. Se gana la admiración de todos los médicos, y el odio de Alvar.
Más adelante mientras todo sigue su curso en el interior del manicomio dos etarras sociópatas serán encerrados, y más adelante, asesinados, coincidiendo con suicidios y otro asesinato más durante una excursión. El régimen abierto era inconstante y aumentaba el número de muertes.
Alice investigaría el caso por su cuenta, llegando a resolver todos los enigmas (en caso de la muerte de los etarras el autor fue Machimbarrena, y de Remo el Hombre Elefante, autor también del asesinato del padre de García del Olmo como desvelaría más adelante) y en su preciso momento, relatarlo a la policía ganando la admiración de estos por su gran coherencia y razón. Alice tenía emocionalmente consigo a todo el manicomio.
Llegó el día en el que contaría lo descubierto a García del Olmo, y para sorpresa que ese no fuese el que ella recordaba, dejándola en un shock, y siendo esto excusa para que Samuel le quisiese aplicar el tratamiento más fuerte para que olvidara la paranoia. Decidió escapar, y no lo logró, siendo internada tras su captura en la “jaula”.
Rosellini, el encargado de esa sección le otorgó su ayuda redactaron una carta para destituir a Samuel Alvar por diversos cargos y que todo el hospital aprobó. Samuel sería destituido o trasladado como pidió él.
No había duda, Alice estaba sana y había ganado, la nueva directora, Dolores Bernardos, le concedió la libertad, a ella y a Ignacio Urquieta, uno de sus compañeros, este con fobia al agua.
Una investigadora amiga, María Luisa Fernández, ayudó a Alice a comprobar que su marido le robó, cuando descubrió que García del Olmo no era quien esperaba que fuese. (Para probar que le habían tendido una trampa)
Esta misma, momento antes de la salida en libertad de Alice, relató que había descubierto que realmente estaba enferma y padecía la paranoia, que el Dr García del Olmo era en realidad Donadío, y que le había encerrado voluntariamente, conocedores del mal que tenía, su marido y él. Su marido aprovechó para estafarle.
Perplejos ante la realidad, pidió Dolores Bernardos una votación tras la argumentación positiva a favor de Alice Gould por parte de su médico el doctor Arellano, dejándola a esta partir, porque la causa de su mal, había desaparecido, su marido. (Que se dio a la fuga)
Alice, volvería al manicomio, a sustituir a la Castell, presa de la dependencia patológica al hospital.
¡Bueno! ¿Qué puedo decir de esta novela? Una extraordinaria narrativa con una profundidad absoluta acerca de las enfermedades mentales de las que casi nunca hablamos o no queremos hablar.
Torcuato Luca de Tena ingresó de manera voluntaria durante 18 días a una institución psiquiátrica para poder escribir sobre la realidad sin máscaras y con total crudeza las experiencias de los pacientes allí internados.
La novela es tan adictiva que no puedes parar de leer. En mi caso, así fue.
Los personajes están muy bien elaborados. Cada uno posee características únicas en su conducta y raciocinio. La manera en que el autor describe sus trastornos mentales generó en mí sentimientos encontrados.
En particular, el logro más relevante de Luca de Tena es la creación de la protagonista principal: Alice Gould. Una mujer de garbo, sofisticada y demasiado inteligente que te hace dudar en toda la trama de la novela sobre si es lo que en realidad dice ser.
Por un lado, Alice ha ingresado en contra de su voluntad en un centro psiquiátrico debido a un intento de atentar contra la vida de su cónyuge, quien es el que la ha llevado a este lugar. Por otro lado, ha ingresado voluntariamente para resolver un caso que llegó a su despacho. En pocas palabras, no sabrás si es cabal y harás hipótesis que se irán rompiendo a cada página. No podrás parar hasta descubrir la realidad de Alice Gould, si dice la verdad o no.
Amé tantos personajes que con unos reí y con otros se me hizo un nudo en la garganta.
Rómulo y Remo, el hortelano, la doctora Castell, el doctor Arellano, la particular enfermera Conrada, la duquesa de Pitiminí, todos, los describe Luca de manera magistral. Sin embargo, Ignacio Urquieta y su trastorno mental me llegaron al alma. Alice y él hacen un papel tan hermoso como lamentable.
El final es tan conmovedor que es imposible no sentir el corazón arrugadito.
No diré más porque de verdad deben leer esta obra.
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