Al crecer, el joven Gastón y el príncipe eran hermanos en todo menos en la sangre. Sus aventuras de la infancia los llevaron a través de las muchas habitaciones del castillo y a los bosques profundos que se extendían más allá. Los bosques que eran el hogar de la legendaria Bestia de Gévaudan, una criatura aterradora cuya presencia se cernía más grande que la vida en su imaginación. Una noche fatídica, una violenta tragedia cambió sus vidas (y su amistad) para siempre, y los llevó a cada uno por un camino muy diferente: el primero, de codicia y derecho; el segundo, de determinación para corregir los errores del pasado.
El príncipe, como sabemos, pagó un precio por sus malas acciones. Y Gastón, impulsado por la magia de tres brujas entrometidas, se sintió cada vez más atormentado por una misión singular: convertirse en el héroe que mató a la Bestia.
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