En complicidad con Santa Anna y otros jefes militares, el ejército norteamericano busca apropiarse de Nuevo México, las Californias y Chihuahua, y comienza su sangriento avance hacia la Ciudad de México.
Las lealtades se corrompen, las ciudades se consumen en rebeliones fatuas, las alianzas se traicionan, los amigos se asesinan, y los únicos atisbos de dignidad y valentía se revelan en hombres y mujeres lejanos al poder, que se convierten en héroes anónimos.
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