En ella, la fe impide a Abraham aceptar a la hija del rey como esposa para Isaac, pero el miedo casi impide que Rebeca abandone su hogar para convertirse en la esposa de Isaac. Cuando Dios le dice a Rebeca que le dará a Isaac dos hijos gemelos y que el menor servirá al mayor, Jacob se muestra escéptico. Pero esa revelación marcará las vidas de Jacob y Esaú e influirá en las generaciones venideras.
Esta historia de amor familiar, avaricia, celos, esperanza, manipulación, terquedad, adoración de ídolos, hambruna y fe en el único Dios, Elohim, está tomada de las páginas de la historia bíblica, pero suena como un titular de las revistas de hoy. Termina de manera muy similar a como comienza, cuando Jacob bendice a dos de sus nietos, Manasés y Efraín, diciendo que el más joven llegará a ser más grande que el mayor, un tema que se ve en todo Los hijos de Isaac. "--
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