El rey David corre para salvar su vida con su pequeño hijo Salomón a cuestas cuando Naamah se encuentra por primera vez con el príncipe. Su padre es leal al rey, y esa lealtad quedará sellada años después, mediante el matrimonio de Salomón y Naamah.
Por su parte, Naamah está feliz de casarse con el apuesto príncipe y entrar en la vida palaciega. Pero no todo va bien en Jerusalén. Salomón debe afrontar constantes amenazas a su vida, incluso desde dentro de los muros del palacio. Y cuando se restablezca la paz, ¿podrá Naamah ser verdaderamente feliz al ver al amor de su vida tomar más esposas?
En La Princesa del Desierto, conocemos a Naamah, la primera esposa de Solomon, primero a los diez años y luego como una joven a punto de casarse. Ella y Salomón tienen una relación dulce y profunda, en parte porque se conocieron siendo niños, cuando el protocolo los deja libres. Esto le da a Naamah una oportunidad única de enamorarse de Salomón como persona y no como un miembro de la realeza del que podría obtener posesiones o poder. De hecho, su determinación de casarse con Solomon es conmovedora, aunque un poco ingenua.
Una vez que Naamah y Salomón se casan, podemos verla convertirse en una mujer madura. Es comprensible que luche con la idea de que el poder de un rey se mide por su harén. Se lanza a ser la reina perfecta, y es difícil verla intentar lograr algo que ningún humano podría lograr. Al mismo tiempo, por breve y condensada que sea, la relación de Naamah con Adonai la mantiene esperanzada y con los pies en la tierra.
Quería ver más de su hilo espiritual, pero lo que hay es bastante bueno. El propio Salomón también salta de la página; Jill hizo un trabajo maravilloso al mantenerse fiel a las Escrituras mientras capturaba su carácter multifacético. Un minuto, Salomón es un rey sabio y perspicaz. Al minuto siguiente, es un mujeriego y, como observa Naamah, un auténtico niño de mamá. ¿Es esto frustrante? Seguro, pero también lo es la naturaleza humana. Jill pinta un gran retrato de lo que sucede cuando una persona piadosa intenta hacer que sus deseos egoístas coincidan con la fe.
¿Quería ver más de este libro? Sí; creo que siempre preferiré las novelas. Quería pasar mucho más tiempo con Naamah, Salomón y los otros personajes.
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