Y es aquí, en territorio mexiquense, donde los habitantes se han resignado a vivir en la inseguridad, a jugársela en traslados diarios de tres horas a sus centros de trabajo mientras sus funcionarios despachan desde las alturas en imponentes helicópteros. Quien diga que la frontera interior en México es la que divide a la riqueza de la pobreza, no ha reparado en este lugar, donde la verdadera zanja separa a gobernantes y gobernados.
En este contexto, el periodista Humberto Padgett presenta una investigación que retrata las condiciones de desigualdad social, inseguridad, corrupción, narcotráfico y secuestro en la entidad. Su trabajo permite entender cómo los nexos con el crimen organizado han permitido a una clase política insensible y a sus huestes burocráticas, amasar fortunas y feudos de impunidad en un modelo que se extiende, lamentablemente, a todos los rincones del país.
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