En Jesús, Judas cree haber encontrado a Aquel: el Mesías prometido y futuro rey de los judíos, destinado a derrocar el dominio romano. Galvanizado, se une a los seguidores del nazareno, listo para realizar el cambio que ha esperado toda su vida.
Pero pronto la visión de Judas de una nación libre de Roma es aplastada por las acciones inexplicables del propio Nazareno, quien no se doblegará ante las convenciones sociales o religiosas y, al final, parece incluso volverse contra su propio pueblo.
Por fin, Judas se enfrenta al hecho de que el maestro que ama no es el libertador que esperaba, sino un hombre empeñado en una agenda drásticamente diferente.
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