Dos millones de «solteras de guerra», jóvenes educadas con la sola meta del matrimonio, se encontraron ante un mundo que no sabía qué hacer con ellas. Y sobrevivieron. Trabajaron. Estudiaron. Empezaron a reunirse, a asociarse, a entrar solas o en grupo en los cafés. Y, sin querer hacer política ni historia, abrieron un camino que ya nunca dejó de ensancharse.
A través de las cartas, los diarios, los testimonios y las biografías de cientos de mujeres, Nicholson ha escrito un homenaje a la cara femenina de la «generación perdida», unas mujeres a las que cambió la guerra... y que cambiaron la sociedad.
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