Extraviado en el mundo y en sus deseos literarios, intentando por enésima vez enderezar su suerte —esta vez en Nueva York—, el joven Edgar se ve impelido a resolver la desaparición de Cordelia, hija del dueño de una cámara de maravillas con humanos mutantes, objetos misteriosos y animales amaestrados.
Así, su habilidad para construir las más asombrosas tramas será puesta a prueba frente a un misterio digno de su pluma. Sin duda, esta novela es un retrato entrañable y emocionante de una de las figuras tutelares de la propia escritura de Bernardo Esquinca.
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