LOS 80 AÑOS DE SOFÍA

ESPOSA MADRE Y ABUELA 

Coincidiendo con la celebración de su ochenta aniversario, Jaime Peñafiel desvela un recorrido íntimo y personal repleto de fotografías familiares de la reina más sufridora, pero a la vez más querida por la opinión pública. 

Peñafiel repasa los acontecimientos más importantes de Sofía en su papel más desconocido: el de esposa, madre y abuela. 

Ochenta años dan para mucho: alegrías y llantos, momentos felices y otros no tan gozosos... Pero, sobre todo, es una buena ocasión para repasar lo vivido. Doña Sofía, reina emérita de España y, sin duda, el miembro más querido de la Familia Real española, tiene pocos motivos para celebrar su aniversario: sin apenas contacto con su marido, soporta como puede la humillación del destierro de su hija Cristina y el encarcelamiento de su yerno Iñaki Urdangarin. Y, por si no fuera suficiente, la relación con sus nietas Leonor y Sofía no es todo lo idílica que cabría esperar, como se demostró en el triste episodio de la catedral de Mallorca, que no lograron borrar con el paripé que la reina Letizia y la propia Sofía protagonizaron unos días después, simulando ser la familia ideal a las puertas del hospital adonde habían acudido para visitar a don Juan Carlos. 

Ella es hija y nieta de reyes y emperadores. Lleva la realeza en la sangre. Ha sido una reina que ha sabido estar en su sitio. Dice que es reina porque está casada con el rey, pero que es una consorte. La jefatura del Estado no es bicéfala. Ella es la consorte y como tal se ha comportado. El rey la elogió diciendo que era "una gran profesional", aunque no sé si eso es un elogio... Ella se levantaba como una reina, se acostaba como una reina y dormía como una reina. Después, ha fracasado en su vida, totalmente. Un fracaso rotundo como reina, como madre, como abuela y como mujer. Ha intentado hacerlo todo y al final todo lo ha hecho todo muy mal. En el fracaso matrimonial, ella es tan culpable como el rey. Pudo haberse divorciado. Fue el error de su vida no divorciarse en su momento.

¿Habría sido posible?

Habría sido posible pero no se estilaba. El divorcio es una ley al alcance de todos los ciudadanos y ella lo es. Tenía motivos más que suficientes y no para arrastrar su desamor de forma pública cuya reparación ya no es posible. Como esposa no supo, no quiso o quizá estaba tan afectada por ese desamor, quién sabe... La reina lo ha negado pero ella tuvo un gran amor o un primer amor que fue Harald de Noruega (81) con el que no se pudo casar. Juan Carlos (80) tuvo también un gran amor, Maria Gabriella de Saboya. Pero a Franco, que dirigía la vida total de Juan Carlos, no le gustaba porque la consideraba excesivamente moderna. ¿Y qué ha pasado entonces? Pues que la felicidad de un hombre o de una mujer no debe depender nunca de la mujer o el hombre con quien no pudo casarse. ¿Hubiera sido más feliz la reina casándose con Harald? Sí. ¿Y Juan Carlos con María Gabriella? Igual. Ha sido así... Y eso ha marcado su vida.

La familia real española como tal familia no existe. Se especuló, se publicó... Pero no ha sido posible porque después las cosas se han ido deteriorando. Lo que ocurre es que la reina, y esto que voy a decir es muy duro y seré muy criticado, ha estado siempre muy enamorada de Juan Carlos. Sin buscarlo ha tenido mucho éxito con las mujeres, de toda la vida. Pero ¿qué ocurre? Sofía ha seguido enamorada a través de los daños, las infidelidades y el desamor...

Doña Sofía, a diferencia de Letizia (46), que es el reverso de la moneda, no ha exteriorizando nunca sus sentimientos ni sus sufrimientos. Y las ofensas han sido públicas. Jamás nadie ha visto nunca sufrir a la reina Sofía. Nadie le ha visto un mal modo. Tiene un gran dominio sobre sí misma. Con el General Sabino, y en una reunión con don Juan Carlos, hubo una discusión enorme y se habló del divorcio pero ella pensó que no era posible. Hubiera sido lo mejor... La imagen de doña Sofía se ha visto deteriorada. En el mejor de los casos, la gente le dice, 'pobre mujer'.

En la reina se dan varias facetas: como mujer, ha sufrido muchísimo. Se ha visto despreciada siempre por su marido. 

En todo momento ha intentado ser una buena suegra. Intentó ayudar a Iñaki Urdangarin (50). Todos recordamos la frase de "Iñaki es un hombre bueno, buenísimo, magnífico...". Luego intentó ayudar con la imagen en Washington yendo a ver a su hija y posando para ¡HOLA!. Y con Letizia, más de lo mismo. La reina Sofía, ante la oposición del rey al descubrir que Letizia era divorciada, se posicionó junto a su hijo. Fíjate que ahora su hija Elena (54) está divorciada. La reina apoyó a su hijo y le devolvió el apoyo que el príncipe le brindó en su crisis matrimonial por las infidelidades del rey Juan Carlos. Apoyó a Felipe y Letizia hasta que el primo hermano de Letizia, David Rocasolano, publicó lo del aborto. La reina Sofía tiene un concepto muy estricto de la moral y cuando se entera de que Letizia ha abortado, la aparta.