miércoles, 26 de diciembre de 2018

MILENIO

Publicado por Lucky en 17:07
De todas las civilizaciones que existían en el mundo al llegar el año 1000, la de Europa Occidental era la que menos posibilidades tenía de sobrevivir y prosperar. Comparados con los ricos imperios de Bizancio o del Islam, los pequeños reinos europeos a orillas del Atlántico parecían pobres, tímidos y poco desarrollados. 

Pero la Anarquía que envolvió a nuestro continente durante esos años demostró ser la base de la que surgiría un nuevo orden mundial. 

Milenio recoge los años de Canuto, de Guillermo el Conquistador, del papa Gregorio, de los vikingos, de los monasterios y los siervos, de la invención de la caballería y del conflicto entre Iglesia y Estado. Son los años en los que en los extremos de Europa se frena el avance del Islam y en España empieza la Reconquista.

Holland lleva a cabo, pues, en Milenio un análisis del mundo medieval desde los últimos siglos del Imperio romano hasta el siglo XI, haciendo especial hincapié en las centurias que inmediatamente precedieron y siguieron al cambio de milenio cristiano, o lo que es lo mismo, al año 1000. Aunque no es solamente el fluir de los acontecimientos históricos lo que interesa a Holland, sino también la perspectiva cristiana sobre la constitución y el paso del tiempo, y más concretamente, las interpretaciones apocalípticas que muchos cristianos de la época poseían sobre la llegada del fin del mundo y la segunda llegada de Jesucristo.

Milenio es, por otra parte, un libro que podríamos considerar de prosa histórica, que no de novela histórica, esto es, es una obra que no posee la dureza ni la firmeza de una monografía histórica al uso, pero que al mismo tiempo no está constituida por el relato  de las aventuras novelísticas creadas a partir de sucesos y/o personajes históricos. Milenio es una obra que pretende explicar la historia, en este caso centrándose en el mundo medieval, pero de una forma amena, como si intentara narrártela, y por lo tanto presentándola, en parte, de forma subjetiva, un efecto típico de los “contadores de cuentos” y por lo tanto con un estilo más cercano al lector pero a la vez más parcial, más narrativo.

Es una lectura, además, de segundo nivel, es decir, que no es la mejor apuesta para aquél que no conoce el periodo, sino que es recomendable iniciar la lectura del libro con una base de conocimiento mínima, que permita al lector recorrer sus páginas bien afianzado y sin perderse en el trayecto.

Milenio se configura así, como una obra que no se circunscribe tan solo al relato de los hechos históricos, que podemos hallar en multitud de otros libros, sino que lo que verdaderamente le interesa es la interacción entre la historia y la religión, o mejor dicho, de la historia y la cavilación teológica de pensadores y teólogos cristianos, y a veces también de las interpretaciones de reyes y soberanos respecto del fin de los tiempos, y como la reflexión sobre el tema, que se originó ya en época antigua tras la crucifixión y pasión de Jesucristo, fue evolucionando y adaptándose a lo largo del tiempo, al comprobarse de manera fehaciente el hecho de que el regreso de Cristo a la Tierra, del que informaban las Sagradas Escrituras, no se producía. De ahí que junto a los acontecimientos históricos Holland nos presente la reflexión teológica que diversos pensadores cristianos llevaron a cabo sobre el tema, elemento este que singulariza la obra. De ahí la mezcolanza de personajes históricos que encontramos en las páginas de Milenio, y que incluyen a reyes, nobles, emperadores y figuras estrictamente religiosas, entre ellas los papas, dos facetas de la vida pública, además, forzosamente unidas en época medieval y enfrentadas muchas veces por su voluntad de ejercer la mayor de las influencias sobre las almas y las vidas de los súbditos cristianos.

En su esfuerzo “narrativo-descriptivo” Holland nos guía a través de los diversos estados cristianos existentes en la Europa medieval, interesándose también en la historia política de los diferentes reinos y de sus reyes aunque dejando en un lado más secundario la historia menuda, aquella que afectaba más directamente y en el día a día a la mayoría de la población europea. Su amplio foco de interés recorre estados como Inglaterra, Italia, Roma, el Imperio bizantino, el mundo escandinavo e incluso las Españas, tanto la musulmana, que vivió en el periodo que abarca la obra una etapa de apogeo político, económico y cultural, como la cristiana, aunque se centra principalmente en la historia y en los soberanos de los dos estados descendientes del Imperio carolingio, esto es, Francia y el Sacro Imperio Romano Germánico, el corazón vivo de la Europa cristiana y medieval.

Milenio posee, además, un extenso aparato de notas y de índices (80 páginas) que incluyen una cronología, notas, bibliografía, índice onomástico y de materias y otro de mapas, en un ejercicio de divulgación muy propio de un autor acostumbrado a las adaptaciones históricas y a acercar a aquéllos interesados el patrimonio histórico proveniente del pasado. Un esfuerzo en este caso ingente que se salda con una extensión algo dilatada, pero que gustará a aquellos que pretendan profundizar más en una época y en una forma de ver el mundo de la que, sin duda alguna, proviene nuestra manera de entender, de valorar y de juzgar la diversidad de culturas y realidades que existen en la actualidad en el planeta.

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