Por ejemplo, que algunas cortesanas lo daban a sus amantes para elevar su nivel de placer; que en la Nueva España su fuerte sabor sirvió para ocultar el del veneno; o que una aristócrata francesa bebió tanto chocolate durante su embarazo “que dio a luz un niño negrito como el demonio, que murió”.
Entre mitos y realidades, lo cierto es que en este libro Martha Chapa nos recuerda que el chocolate, a lo largo de su historia, y en todas sus presentaciones, ha sido un manjar de dioses.
0 comentarios:
Publicar un comentario