
Las revoluciones trastocan drásticamente la vida de los pueblos que las sufren y alteran la realidad y la vida cotidiana de las personas. Suscitan pasiones y sacan a la superficie las tensiones, los rencores, los conflictos lentamente acumulados. Son explosiones en las que aparecen, como en una erupción volcánica, lo peor y lo mejor de los individuos y las colectividades. Para ser llamado revolución, un movimiento social debe transformar las estructuras políticas de un Estado.
Para ser una revolución social, necesita además transformar también las estructuras económicas y sociales del Estado. Además, las revoluciones transforman las actitudes de las personas, su forma de entender el mundo y de situarse en él.
0 comentarios:
Publicar un comentario