martes, 3 de julio de 2018

CUANDO NOS PROHIBIERON SER MUJERES... Y OS PERSIGUIERON POR SER HOMBRES

Publicado por Lucky en 11:30
"Muchas personas creen que la ideología de género no existe, que es un invento de biempensantes, integristas religiosos y pacatos". Sin embargo, seamos o no conscientes, el género nos invade. 

Así lo demuestra la investigadora Alicia V. Rubio Calle en el libro Cuando nos prohibieron ser mujeres… y os persiguieron por ser hombres a lo largo de 24 capítulos y 390 páginas. Lo que es innegable, como revela Rubio, es que “el género” ha promovido a su alrededor una estructura carísima mantenida con fondos públicos y subvenciones (naturalmente, salidos de los bolsillos de los españoles) en la que sobreabundan innumerables y extraños organismos y empleos. Así, por ejemplo, Rubio descubre que en un solo año, el Instituto de la Mujer aportó 600.000 euros para investigaciones y postgrados de género. Y otro tanto para estudios particulares… acerca del género.
Otro dato significativo es que las entidades destinatarias del dinero público son siempre las mismas y tienen conexiones ideológicas con los partidos en el poder. Es el caso de la Federación de Mujeres Progresistas que en 2010 recibió un total de 1.695.089€ y su filial Fundación Mujeres 1.301340€. Como ejemplo de las filiales autonómicas, solo la Federación de Mujeres Progresistas de Andalucía, recibió en total, 472.654€ en el años 2012. Y es que, aún en tiempos de crisis económica, en España la “industria del género” va viento en popa, señala Alicia Rubio.
Alicia V. Rubio Calle,  ha sido profesora de educación física en un centro público durante veinticinco años. La enorme discrepancia que constató entre la realidad en el campo del rendimiento físico y la llamada ideología de género determinaron su interés por las “políticas de género”. Su activismo como madre objetora frente al adoctrinamiento ideológico escolar ha sido el impulso final para estudiar a fondo desde sus diversos ámbitos (ético, legislativo, educativo, antropológico, biológico, neurofisiológico, etc…) una ideología que hoy afecta a las relaciones personales y por ende a la familia y la sociedad. Este libro es un resumen de su experiencia e investigaciones y una forma amena y clara de visualizar y comprender la nefasta influencia de la ideología de género.
Adentrándose en lo políticamente incorrecto, Rubio se pregunta por qué en España se invierten ingentes cantidades de dinero público supuestamente para impedir la “violencia de género”, que ocasiona una media de 60 mujeres asesinadas al año mientras no se aporta un sólo euro a la prevención del suicidio, que supone unas 3.500 muertes al año. “Ambas realidades”, afirma Rubio, “son trágicas e inaceptables. Pero una de ellas es de género y se difunde hasta la saciedad sin lograr, por cierto, ningún resultado eficaz. Quizá porque no interesan las vidas, sino la utilidad de las muertes”. 
Particularmente significativos son los tres capítulos del libro titulados “Los menores, ese oscuro objeto de deseo” en los que se disecciona el desembarco de los ideólogos de género en las aulas.  Rubio explica cómo el modelo educativo sueco, tal y como se ha tratado de imitar en España, ha intentado, sin éxito, controlar los juegos y el lenguaje de los niños en los recreos para que no caigan en estereotipos sexistas. “En algunos colegios”, explica Rubio, “se ha prohibido a los niños jugar con coches por ser juguetes machistas pero, cuando a los niños les quitas los coches, juegan a hacer carreras con cajas. Pese a todas estas políticas los bebés suecos, de momento, siguen naciendo de uno u otro sexo con pertinaz insistencia”. Con el adoctrinamiento de género, según la autora, los talleres y cursillos para luchar “contra la violencia de género” y “por la igualdad”, cargan “contra el amor romántico”. “De esta manera”, asegura, “descubrimos en carísimos cursos financiados con nuestros impuestos que el amor romántico, fuente de arte y pasiones, de felicidad y sufrimiento de forma totalmente igualitaria y bidireccional (piensen por ejemplo, en Romeo y Julieta), es machista y heteropatriarcal”.
En el adoctrinamiento de género a menores, Rubio recuerda que, en España, "hay leyes que obligan directamente a cursillos de aceptación plena de la diversidad sexual y de las relaciones homosexuales, que se están promulgando en muchas CCAA con el argumento de evitar la discriminación de las personas LGBTI. El problema no es la aceptación de las personas, que es incuestionable, sino la aceptación de comportamientos y la promoción de ese tipo de sexualidad. Por ello, en este caso, la magnificación de los casos de acoso homofóbico es sólo una estrategia para que a todos nos parezca bien lo que ya está decretado”.
Leonor Tamayo, presidenta de la asociación Profesionales por la Ética escribe en el prólogo del libro que “cuando Alicia nos contó que estaba trabajando en un libro sobre ideología de género recuerdo que pensé que sería, sin duda, un libro brillante, fácil de leer, ameno y diciendo alto y claro el camelo y la barbaridad que es la ideología de género. Alicia ha sabido explicar todo esto de manera extraordinaria, para que todos lo entendamos y lo sepamos explicar, que todos veamos evidente lo evidente y lo sepamos hacer ver, que entendamos la manipulación y reaccionemos frente a ella". 

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